Recordando las técnicas, me programo una nueva rutina para comenzar la semana y esta vez con el propósito más firme que nunca y el mayor compromiso conmigo mismo para cumplirla.
Pero ¡Que va! Siempre es lo mismo, alguna excusa se atraviesa para no cumplir la meta o por lo menos no completa. Y aunque la idea no es obsesionarme con el ejercicio, por lo menos ayudar al cuerpo a mantenerse no caería mal, a ver si los años no me aporrean tanto - risas -
- Excusa N° 1: "No tengo tiempo para hacer ejercicio".
La solución: tienes mucho tiempo; el truco está siendo intencional sobre cómo lo usas.
De verdad que el tema no es la falta de tiempo, es la importancia que una meta tiene para cada uno, sino, saca la cuenta de cuantas horas tiene el día y entenderás que cuando quieres hacer algo por más que estés ocupado, siempre encuentras el tiempo para hacerlo.
- Disculpa N° 2: "Ahora estoy tan cómodo en casa; Empezaré a hacer ejercicio la próxima semana".
La solución: Piensa en el futuro.
Visualizarnos unos años más adelante, cuando te cases, tus hijos crezcan, o simplemente ya no estés tan joven, nos puede ayudar a identificar como crecerá también nuestro cuerpo, lo más seguro es que sea hacía los lados – risa – ya que la comodidad no permite tomar control sobre nuestro cuerpo. Si no puedes imaginarte en el futuro, recurre a una práctica sencilla, observa a tu padre o madre y verás cierta parecido a la máquina del tiempo, por lo general solemos parecernos a nuestros padres, ese reflejo nos podrá ayudar a entender porque hay que tomar acción, ya sea porque están muy bien conservados, quiere decir que practican algún tipo de ejercicio, y si no les fue muy bien con el pasar de los años, entonces lánzate de la cama que el momento es ahora.
- Excusa N° 3: "Prefiero escuchar música / ver películas / ponerme al día con las noticias o leer, antes de ir a entrenar".
La solución: puedes hacer ambas cosas al mismo tiempo .
Si te gusta mucho hacer tu pasatiempo y no eres capaz de dejar de hacerlo, puedes buscar opciones para fusionar tu actividad con el ejercicio, por ejemplo, llévate tu música, tu audiolibro, novela hasta el gimnasio o tu lugar de entrenamiento.
- Excusa N° 4: "Siento que estoy fuera de forma, y me da miedo ir al gimnasio con todos esos fanáticos del entrenamiento mirándome".
La solución: la gente juzgará, pero no es necesario que seas uno de ellos.
Tenemos que reforzar nuestra autoestima y amor propio. Cuando nos enfocamos en nuestros objetivos, hacemos nuestras tareas sin siquiera notar a los distractores.
- Excusa N° 5: "Cuando pienso en ejercitarme, me imagino jadeando, con la cara roja y dolorida, así que encuentro otra cosa que hacer".
La solución: tome una sugerencia de los mejores atletas e imagine un escenario diferente.
Enfócate en un escenario positivo, donde la actividad sea realizada de la mejor manera y el resultado sea el esperado. Es decir, vernos a futuro, obteniendo las metas esperadas nos anima.
Fuente: ideas.ted.com
Como puedes leer, muchas son las soluciones para las excusas que nuestro cerebro se inventa, así que me tocará pensar en ellas para activarme.
