Muchos días después...

Al final esto se volvió un centro de desahogo.

Estoy viviendo solo. Mis abuelos, con quienes vivía, se fueron del país. Mi amiga más cercana también y las cosas con mi pareja no están muy bien.

Quizás la soledad que siempre añoré no era tan buena para mí.

EN RESPUESTA A ESO, escribí esto ahorita.

El retumbar, idóneo para la ocasión, hacía retumbar las paredes. Como Kendrick, no sabía si eran las paredes de mi mente, de mi corazón o de la habitación. Las tres cosas estaban muy separadas. No sabía donde estaba exactamente ninguna de ellas.

Pero, desde una ventana, las gotas se confundían con la noche. Lágrimas, lluvia o alcohol, imposible distinguir. Hay un problema grave de percepción en todo esto.

No sé si me escondo en el humo. No sé si el humo me expone. Muchísimas dudas me componen, pero ninguna como el saber si aún me amas.

Tú eres el alcohol y el dolor. Eres el amor y el gozo. Todo lo que siento cuando te toco se resume en felicidad, y, cuando no lo hago, en confusión.

Me está jodiendo la vida pensar tanto en ti, y en lo poco que soy. Quiero darte más, pero no sé como controlarme y no sé si merezcas esto.

Cualquier cosa que haga será por ti. Mi ego está muerto y mi simbiosis completa.

¿Que loco, verdad? Hoy no estoy ebrio.

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