- Luego de aquella aventura extraña, repleta de sitios a los cuales alguna vez quiso conocer; mezclado con personas, recuerdos, problemas y traumas hechos seres algunas veces abstractos o confusos con los cuales debió batallar durante su expedición, una peculiar forma de enfrentarlos. Logra alcanzar su meta, El Bardo se encuentra frente a él, casi invadiendo su espacio personal; por lo que decide construir una serie de preguntas y algún que otro comentario disponible para determinadas circunstancias o respuestas de aquella imponente y sorprendente presencia, aparentemente constituida de un espeso vapor o humo totalmente obscuro que imita la textura y el efecto visual de alguna clase de tela hecha túnica.
-¿De qué se trata todo esto? ¿Cómo llegué a éste lugar? ¿Realmente estoy soñando? ¿Esto es real?- Pregunta Nöel, esbozando un centenar de balbuceos; en lo que el propio Bardo le interrumpe: - Serena tu mente, o no entenderás nada y siendo sinceros; no soy de explicar las cosas más de una vez. Todo lo que experimentes aquí es real, estás dentro de tu cabeza así que puede decirse que es un sueño, llegaste hasta aquí por tus propios medios.-
-La finalidad de todo esto es la siguiente: no debo desvelar el manto que me hace imperceptible a los ojos humanos; solamente tú puedes verme sin necesidad de estar agonizando a punto de morir. Pero conseguí una forma en la que podemos reunirnos sin que a la vista de otros parezcas un maldito esquizofrénico con problemas de personalidad. Estamos aquí para hablar, pregunta todo lo que desees pero por favor; no gastes aliento y saliva en trivialidades.