Cruz que marca el punto norte del cabo San Román. En este sitio existe un faro reparado y reconstruido de piedra, luego que varios antecesores se derrumbaban por el oxido que produce el salitre del mar
Quiero dejar claro que las siguientes fotografías, son el resultado de una gira a través de la península de Paraguaná. Ya han pasado nueve años de esta travesía donde descubrimos que Venezuela era indómita y mansa al mismo tiempo. Vegetación de desierto, playas vírgenes, médanos corredizos, naufragios convertidos en arrecifes, casas de latón donde existía de todo, y un hombre casi al agua haciendo contacto a través de esta costa con su costa al norte de México a través de un sola masa de agua, el mar Caribe.
Así es Paraguaná, en el estado Falcón, no solo donde comienza de Venezuela por su norte, sino de toda una patria grande llamada Sudamérica.
Vista de las planicies de vegetación desértica desde la casa colonial, propiedad de uno de los próceres de las guerras federales en Venezuela, Juan Crisóstomo Falcón. Llegó a ser presidente de Venezuela y en muchas ocasiones despachaba desde esta casa de veraneo.
Vista del mar Caribe en el cabo San Román.
Naufragios en Puerto Escondido, unos kilómetros antes del llegar al faro. Se dice que la zona siempre ha sido propiedad del contrabando, y cuando se trata de llevar a alta mar cualquier mercancía, el riesgo es latente en todo momento.
En el 2009, estas eran casas de abastecimiento para el turista. No sabemos si hoy en día habrá.
Uno de mis acompañantes, mexicano nacido igualmente en tierras calientes, separado de su tierra en esa ocasión solo por una gran masa de agua llamada Caribe.
