La Carretera de las almas perdidas - Ficción

Archivo 1-18-18 3 08 28 PM.jpeg

Había una vez un grupo de amigos que intentaba tener una aventura playera en las costas Aragüeñas, específicamente en el municipio Costa de Oro. Éstos debían atravesar la carretera en donde había ocurrido la tragedia más grande de los años 80’s en este Estado.

Eran cuatro chicos llamados Luis, Carlos, Nicolás y Federico, unos jóvenes muy alegres y extrovertidos, con esa personalidad que caracteriza al venezolano. Decidieron ir a la playa al salir de una fiesta, cosa que se volvió costumbre en la juventud de esta ciudad, “amanecer en la playa”. Comenzaron a adentrarse al Parque Nacional Henry Pittier, un camino entre las montañas, que es hermoso de día pero tenebroso en las noches, con un trayecto de 45km de excesivas curvas, subidas, bajadas y con barrancos a los lados.

Conversando mientras avanzaban hacia la carretera que los llevaba a Ocumare de la Costa dice Carlos:

  • Mi madre dice que a las 12:00 A.M. las almas de las personas que fallecieron en la tragedia del Limón hacen presencia y molestan a los carros que suben pal Henry Pittier…

En ese momento Federico se le queda viendo y le contesta:

  • Ya vas a empezar tú con tus cuentos de viejas jaja… No nos vas a asustar Carlos así que mejor cállate…

Mientras Luis conduce escucha la conversación y dice:

  • Carlos quédate quieto mira que si se aparece algo te dejo botado por el camino por pavoso.

Ya empezaban a subir la montaña y van con los vidrios abajo, y sin música porque el equipo de sonido se había dañado. Se escuchaban todos los sonidos de los animales que habitaban en la montaña y los ronquidos de Nicolás también, que por cierto parecía un animal más…

La neblina era tanta que cubría la carretera, la luz de la luna estaba siendo tapada por una inmensa nube y cada vez era más difícil manejar. No había carros bajando ni subiendo, los chicos se sentían solos en medio de la nada.

De repente el carro empezó a fallar y tienen que detenerse en medio del camino, no pasaba ni un carro, todo estaba oscuro y solo tenían una pequeña linterna. Nicolás se despierta ante tal situación y les dice a los demás chicos:

  • ¿Hey que paso? ¿Qué está fallando?

Luis le contesta: - No sé, si supiera ya lo hubiese arreglado.

A lo que Nicolás responde:

  • Muchachos porque no caminamos un poco a ver si más adelante encontramos a alguien que pueda auxiliarnos, la primera población creo que está cerca.

Carlos riéndose le responde:

  • Bueno si te atreves tú dale que nosotros te esperamos, porque yo no voy a caminar por esto ni loco.

Nicolas con cara de confusión dice:

  • Claro que si vale, prefiero buscar ayuda que quedarnos aquí toda la noche, ya vengo espérenme, regreso pronto.

Nicolas se va caminando y entre la neblina se pierde su figura, en ese momento Federico dice:

  • Ese man esta loco, yo ni que me paguen me voy caminando por ahí solo.

después de 1 hora de total silencio, frío y mucha oscuridad Luis intenta por ultima vez prender el carro a lo que el vehículo responde como si nunca nada hubiese pasado, sin ninguna explicación lógica, inmediatamente deciden montarse en los 3 chicos que quedan en el carro, preguntándose donde podría estar Nicolas ya que después de 1 hora aún no había vuelto.

Luis arranca el carro, siguiendo la misma dirección hacia la playa, pero pendiente de encontrar a Nicolas.

Luis:

  • Chamo que se habrá hecho Nicolas ya ha pasado más de una hora y ese man no aparece.

A lo que Carlos le responde:

  • Bueno yo no se cuanto hay de kilómetros de aquí a la Trilla veamos si lo encontramos en el camino…

mientras mas avanzan, más neblina y mas frío hacia en la carretera, por un momento Federico al tener su brazo en la ventana del carro, siente como una mano acaricia su piel, cosa totalmente espeluznante e inexplicable, decide cerrar la ventana y no comentar nada a Luis y a Carlos. Mientras avanzaban y trataban de encontrar a Nicolas, con la luz de los faros de ese Fiat 1 del año 95, que no alumbraban lo suficiente, logran ver a un hombre, pero éste no era su amigo, era una persona mayor vestido con una camisa y un pantalón beige.

A lo que pasan al hombre, un poco asustados, piensan si será conveniente preguntarle a ese señor si ha visto a Nicolas, sin embargo al devolverse no consiguen a nadie, ya en este momento los tres chicos comienzan a sentir pánico porque no entienden lo que está pasando.

Siguiendo el camino vía a la costa para conseguir a su amigo, Luis pega un frenazo con el carro y dice con cara pálida y labios blancos, apenas pudiendo emitir un sonido de su voz:

  • Nicolas...

Carlos:

  • ¿Qué pasa chamo, que pasa con Nicolas, hablaaa?

Luis señala hacia la montaña con las lagrimas en los ojos, Federico y Carlos ven hacia donde señala luis y ven el cuerpo de Nicolas guindado de un árbol. Federico comienza a gritar desesperado, va a bajarse del carro y Carlos que no para de temblar del miedo lo detiene y le dice:

  • Tu no sabes quien pueda estar ahí, ni quien le habrá hecho esto a Nicolas, no podemos quedarnos aquí vamos a seguir y mas adelante veamos si encontramos a algún policía.

Luis arranca y sigue conduciendo a toda la velocidad posible entre esas curvas tan pronunciadas, todos llorando y temblando de nervios. Todavía sin entender lo que estaba sucediendo sienten un fuerte golpe en el techo del carro, a lo que todos ellos hacen un silencio de diez segundos mientras suben las ventanas que tenían abiertas rápidamente. Perplejos e impactados por el sonido que sintieron, comienzan a gritar nuevamente y siguen avanzando desesperados.

De pronto aparece una mujer con cabello negro largo, vestida con una bata blanca, muy sucia, su rostro no se veía, al ver a la mujer en medio de la carretera, se aproximaba una curva donde había un voladero, Luis temblando de miedo ve a la mujer y tratando de esquivarla caen por el vacío de la montaña, lamentablemente no vivieron para contarlo.

Hoy día sus familiares los recuerdan sin saber la causa de sus muertes, solo se sabe que en horas de de la noche la carretera de hacia Ocumare de la Costa es el camino de las almas perdidas.

Espero les haya gustado...

D.M.

Fotografía tomada con un Ipnohe 5 en el Henry Pittier vía a Ocumare de la Costa.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now
Logo
Center