Cuentos para asustarte: Concurso de relatos inspirados en mitos y leyendas latinomericanas :EL RELATO DE LA ABUELA, LA HISTORIA DE DON ANDRES “LA LEYENDA DEL CARRETON”.


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Album: Escalofrios
Grupo: Guillman
Narracion: Porfirio Torres

  Hace cuarenta años atrás cuando apenas siendo un niño, nos trasladamos de la gran Caracas al pueblo natal de mis padres llamado Villa de Cura, en ese entonces mi abuelita que tenía más de ochenta años vivía sola mi abuelo había fallecido, por este motivo cambiamos nuestras vidas rotundamente, habíamos cambiado la vida de la ciudad y el ajetreo por una vida más tranquila y pueblerina, en ese entonces el pueblo se conformaba de la plaza Francisco de Miranda, la iglesia matriz, la alcaldía y cuatro calles alrededor de ellos, en estas calles estaban construidas grandes casas de la época de la colonización, incluso en una de ellas vivió el reconocido general Ezequiel Zamora, recuerdo bien que nosotros vivíamos a las afueras del pueblo a unos quince minutos caminando en ese entonces todo estaba rodeado de praderas y pastizales donde cada casita quedaba a unos doscientos metros de distancia.



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  Aunque mi vida cambio, no se me hizo difícil conseguir amigos junto a ellos aprendí muchas cosas del campo, estudie y jugué durante largas horas día tras día, recuerdo que mi abuela siempre me decía:

“Hijo regrese antes del anochecer si no quiere quedar ciego y loco como Don Andrés”.


  Don Andrés era un anciano ciego que vivía a tres parcelas de la nuestra, se decía que tenía problemas de delirios y alucinaciones, ya que todas las noches gritaba diciendo ver y escuchar un espanto, al ser ciego y decir semejante barbaridad todo el mundo lo creía loco nunca le preste atención a esto, siempre pensé que mi abuela me lo decía para que regresara temprano a casa porque no contábamos con luz eléctrica.


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Autor: Pieter Bruegel
1530-1569


  Un día mientras jugaba futbol con mis amigos en una pradera muy cerca de casa de Don Andrés, en una mala patada el balón salió volando y rebaso la cerca de la casa de este anciano recuerdo perfectamente que ninguno de mis amigos quería ir a buscarlo, en ese momento salte la cerca y entre a coger la pelota, cuando estaba a pocos metros de cogerla apareció don Andrés me dio un gran susto y me dijo con una voz muy grave y tenebrosa:

“Corre, reza que ahí viene el carretón”.


  De una sola carrera salte la cerca y me olvide por completo de la pelota, todos mis amigos salieron corriendo aterrados a sus casa, mientras iba camino a casa no podía olvidar las palabras de aquel anciano. Poco antes de irme a dormir me senté junto a mi abuela le conté lo que me había pasado este día y le pregunte por que Don Andrés me había dicho aquella frase, mi abuela perpleja y casi en shock me dice:


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  Bueno te contare la historia para que al crecer jamás la olvides y ya cuando este cuerpo viejo y cansado haya perecido, siempre lo lleves en tu conciencia y nunca obres mal, se dice que “El carretón” trasciende de la época de la colonización fue enviado por el mismísimo diablo y vino junto a una maldición que arraso con gran parte de la población, él tomaba las almas de los difuntos que no podían cruzar al cielo ni tampoco ir al infierno y las consumía, dicen que su carreta es un objeto espectral que retumba por donde pasa y es jalada por grandes y ruidosas cadenas unidas a todas las almas que ha consumido, muchos lo han escuchado pasar encerrado dentro de sus casas, pocos lo han visto y sobrevivido para contarlo, Don Andrés es uno de ellos y aunque sobrevivió quedo ciego reviviendo noche tras noche su última pesadilla.


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  Recuerdo perfectamente aquella noche del 11 de abril de 1880, Andrés Antonio Herrera Morer “Don Andrés”, un chico poco mayor de veinte cinco años, alto, bien parecido, con aquellos ojos color miel y piel trigueña, era el chico más hermoso de todo el pueblo era perfecto este chico pero tenía un gran defecto era muy parrandero, el jamás pensó que aquella noche a eso de las doce su vida cambiaria para siempre. Mi padre en ese entonces cada vez que lo veía pasar le decía:

“Andresito ya son pasada las seis cuídate por ahí hijo que cuentan que El Carretón anda rondando estos pueblitos, dicen que ya han desaparecido varios y ni el mismísimo Dios ha podido encontrarlos”.


A lo que el respondió:


“¡Jajaja! Don Seferino y usted tan culto y conocedor de estas sabanas cree en esos cuentos, no se preocupe que esas cosas no EXISTEN”.


  Mi padre a su respuesta tan fría solo lo encomendó a Dios, dicho día pasada las once de la noche en la Quinta Rodríguez se presentó un festejo del que todo el mundo hablaba el que asistiera seria recordado durante toda su vida y pues así fue, a Don Andrés se le recordara durante toda su vida, ya que a eso de las once y media a pocos minutos de ser media noche, en un abrir y cerrar de ojos comenzó a caer una tormenta desbastadora donde hubo rayos y centellas en todo el cielo, una de ellas cayo en el techo de las prestigiosa quinta el cual comenzó a incendiarse la multitud se alboroto y a lo lejos se escuchaba el sonido de una carreta donde el rechinar de las cadenas arrastradas por el suelo era insoportable, todos comenzaron a entrar en pánico cuando los invitados se percataron de que dicha carreta estaba dando vueltas en círculo alrededor de la casa, cosa que era totalmente imposible ya que si era cierto, esta tenía que traspasar los inmensos muros de las casas vecinas, un invitado logro ver el celaje de su acechador y con una voz terrorífica grito es “El carretón”.

  En este momento todo el mundo intento salir por la puerta principal cosa que fue totalmente imposible, ya que la puerta estaba sellada como si tuviera a mil hombres sosteniendo la puerta, mientras el techo caía en llamas poco a poco el ruido de la carreta se hizo ensordecedor y las paredes comenzaron a incendiarse de esta forma muchos tuvieron la agonía de morir calcinados, otros asfixiados por el humo espeso y amargo del incendio, solo un hombre logro salir con vida por las rendijas de una vieja grieta que había en la cocina, ese hombre fue Don Andrés casi asfixiado y muerto de miedo, en el mismo momento que alzo la mirada para levantarse y pedir ayuda su cuerpo quedo totalmente petrificado al ver directamente al espanto, era una imagen de un terrorífico carretero que no tenía rostro, ni manos, ni pies, solo se veía la silueta negra y espesa de un espectro terrorífico, en este momento Don Andrés al recuperar los sentidos intenta huir de la escena cuando el carretero lo levanta y lo mira fijamente con una voz siniestra le dice:


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“Este día he cumplido mi cuota todas las almas de esta casa se han unido a mi carreta tu vivirás, como pago el sentido de la vista perderás y jamás me olvidaras rondare en tu pesadillas hasta que dejes de respirar”


En este momento el espectro revelo su rostro ante Andrés seguido de esto cayo desmayado y petrificado.


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  Al día siguiente la noticia de dicha tragedia se propago por cada rincón y cada pueblo cercano el relato contado de Andrés fue la mayor historia de una masacre perpetrada por un espanto de ahí en adelante “El carretón” jamás se olvidó.

Si estás interesado/a en participar en este concurso, aquí te dejo el enlace para que te des una vuelta por el post donde podrás leer las bases del mismo Concurso

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