“Miarma Franggy” “¿Vais a pagar 200mil por un gato?” “¡Ni que fuera un familiar!” Ese tipo de cosas me comentaron una y otra vez en un día muy triste para mí y para los de mi casa. Verán, les traigo una entrada referente al tema de las mascotas. Esos peludines que se hicieron un espacio en nuestros corazones, que los consideramos nuestros bebes o hasta hijos. En mi caso, en estos días (El 7 de febrero) mi amada nena gatuna Helena, dejo este mundo y una parte de mi corazón se fue con ella de una manera muy abrupta y rápida. Les contaré:
Esta era Helena.
Era la hija de Eris, mi gata blanca que una vez les comenté en mi introduceyourself. Ellas viven conmigo desde hace 4 años, las crié desde bebes, incluso, a Helena la recibí literalmente con mis manos desnudas con todo y placenta. Fue lo más hermosamente asqueroso que me paso durante un parto de Eris. Le tenía un inmenso amor y cariño a esa bebe, era bella, educada, y hasta era cómico ver cómo le tenía miedo a la humanidad entera, hermosa, tranquila y cariñosa.
Pero esta última semana mi Lena (Como le decía para abreviar) se estuvo sintiendo mal. El día anterior a su muerte, no quiso comer nada, vomitaba todo, estaba muy débil y delgada. Ya que eso paso de pronto (Ella estaba muy bien el día antes de dejar de comer) a la mañana siguiente la revise, y no se podía mantener en pie, e incluso empezó a maullar de dolor. Con miedo de que le pudiera estar pasando, mi madre y yo fuimos apuradas a pedir que nos llevaran a un veterinario, los cuales no abundan por mi casa.
Una mujer inhumana y descorazonada.
Maldito sea el momento en que fuimos por urgencia, y maldito el momento en que esa mujer escogió una profesión tan desacorde con su avaricia y su helado corazón. Nos dijo que la revisaría por 200 mil bsf, más 50mil en efectivo (Para nadie es secreto que aquí el efectivo esta difícil de encontrar) nosotras queríamos que la revisara mientras yo buscaba el dinero, pediría prestado y todo, no nos iríamos hasta que le pagáramos todo, pero no. Ella se mantuvo diciendo que no haría absolutamente nada sin el pago completo.
Fui corriendo a mi casa a buscar quien nos podría prestar dicha cantidad, al llegar toda temerosa y nerviosa, la señora y su esposo sólo me dijeron burlándose “Miarma Franggy ¿le vais a gastar 200mil bolos a UN GATO? ¡NI QUE FUERA FAMILIA TUYA!” Yo solo quería el dinero para irme a ver a mi gata “Si ¿pueden prestárnoslo?” Me hicieron la transferencia, fui, llegué a la veterinaria, y ahora quería 600mil para los insumos del tratamiento. Estábamos ahí, desesperadas con una gatita muriendo.
Un alma caritativa.
Un ser hermoso perteneciente a una fundación nos ofreció a darnos los insumos. “¡Nosotras se lo pagaremos…!” “¿QUE USTEDES QUÉ? ¡USTEDES NO ME PAGARAN NADA! ¡Yo se los regalo para tratar de salvar a la gatita!” entre todo esto, fui con este señor a su casa, y otra mujer amable amiga de el a buscar las cosas (Lo cual me quedaba lejos) de esta manera, la cuenta quedaría en los 250mil, ya teniendo los 200mil y las cosas para tratarla, me faltaban los 50mil en efectivo. De regreso, pasé por casa de una amiga que le agradezco inmensamente su ayuda, y me prestó el efectivo.
Llegué con los 50mil en efectivo, sin nada para poder transferirle, la mujer continuaba diciendo que no la atendería incluso así. Luego de suplicarle para realizar la transferencia con su teléfono, me dejó “probar si nos funcionaba” rápidamente le hice la transferencia, y se dignó a atender a Helena. Eso sí, no sin antes darse el postín de la vida llamando a sus amigos, hablando y chalequeando por teléfono, mientras nosotras mirábamos a una Helena agonizante y débil, acariciándola y hablándole temiendo lo peor.
Cuando por fin la trató, le puso la solución y todo con una rapidez que hubiera sido magnificas en el momento preciso. Nosotras insistíamos preguntándole si así podría salvarse (Incluso antes de hacerle todo esto, mi madre mientras estuvo con ella, le pregunto reiteradas veces si en verdad se podría salvar, o si era ya caso perdido) a lo cual ella respondía “¡Claro! Ella se puede salvar, solo hay que tratar a la paciente, y seguir el tratamiento se salvara”
Al llegar a nuestra casa.
Mi bebe estaba más tranquila…la miraba, pensaba que dormiría conmigo en mi cuarto para poder estar pendiente de ella… y empezó a ahogarse… y nosotras estábamos ahí, viéndola sin saber qué hacer, sosteniéndole la cabeza para evitar que se ahogara o convulsionara, mi madre fue a buscar su tratamiento…y fue ahí cuando mi bebe, con su cabecita en mis manos, alzo su cabecita y dio un último respiro y quedo como si durmiera… la sacudí, la llame desesperada entre llantos y lágrimas, pero ella no respondió a ninguna acción… mi bebe se había ido…Lloré como si me hubieran arrancado un pedazo de mí.
Incluso les confieso que no quise envolverla y enterrarla durante un largo rato por miedo a que se despertara…” ¿Ya no se va a levantar? ¿No va a despertar…?” temía que abriera sus ojitos grandes y hermosos, y tuviera miedo de lo que pasó… que ella se levantaría, y podría verla acostarse torpemente en mi regazo. Le cortaría las uñitas para que no me aruñara sin querer como siempre hacia, le acariciaría, la cuidaría incluso más… Pero eso no paso. Solo sé quedo allí, durmiendo eternamente.
Ahora, habiendo finalizado este relato vivido, quiero preguntarles, con lágrimas, gran dolor y rabia al recordar todo ¿Ustedes qué estarían dispuestos a hacer por sus peludos? ¿Serían tan crueles como para reírse del dolor que pueda sentir alguien “Solo por un gato”? ¿Serían tan desgraciados, tan malditos como para decirle a una persona que obviamente ama a su mascota que “Todo estará bien” sabiendo que no es así, por tu obvia avaricia y pérdida de tiempo?” ¿Alimentarían falsas esperanzas solo por una maldita cantidad de dinero? Solo quiero que sepan que no me arrepiento de haber “Gastado 250mil en Solo un Gato” porque ese Gato, siempre será mi pequeña bebe.
Si llegaste hasta aquí, quiero agradecerte enormemente por tomarte el tiempo y la molestia de leer mi experiencia, estoy consciente que es muy larga, pero solo quería desahogarme con ustedes, y saber su opinión. Muchas gracias, y saludos. (Siento mucho este cambio tan repentino de temática, pero sentí la necesidad de dedicarle un espacio a mi pequeña Lena)