¡Hola comunidad!
Espero se encuentren bien, el día de hoy les traigo un post que me emociona mucho presentar.
Les contare la historia, o mejor dicho. La breve historia de un personaje que me he topado en dos oportunidades.
Era un día lluvioso, marcaba en el calendario 29 de septiembre del 2017, yo estaba realizando unas diligencias por el centro de la ciudad de Caracas, venia de regreso pues la lluvia fuerte ya había pasado, pero aun caía algo de roció más parecido al orvallo.
Al pasar entre las esquinas Cují a Púnceres. Note alguien sentado en una pequeña vitrina frontal del que otrora fuese un local comercial, cerrado ya hace algún tiempo.
Un señor con un paraguas dañado, medianamente remendado atrajo mi vista a él, me llamo mucho más la atención que el mismo estaba escribiendo. Esto ocurrió en un lapso de 2 a 5 segundos, me dispuse a sacar mi cámara para fotografiarlo; entre el bullicio y la marcha indetenible de los vehículos, trate de enfocar rápidamente al señor para captarlo en su más pura esencia. Realice el primer disparo, y mientras abría mi ojo izquierdo esperando que ocurriera algo más. Vislumbro una pareja de personas que vienen en el sentido opuesto al que yo traía, pero en la acera del frente.
Ellos pasan a este señor dándole la menor importancia o desapercibiendo por completo su estancia en la acera, yo realice un ajuste rápido y baje la velocidad para dar un efecto de barrido que descontextualizara a estos dos personajes que entraron en mi encuadre.
En este punto estaba pensando en acercarme para conversar un poco con este señor, a pesar de estar muy apresurado, quise inmortalizar ese evento que me pareció tan interesante, me propuse a realizar una tercera captura para luego hacer lo que estaba planeando. Lo que no contaba era que justo realizada esa tercera captura, arreciaría el aguacero y esto me impidió acercarme pues se iba a mojar mi equipo fotográfico, me queje por el infortunio y posteriormente me resguarde de la lluvia. Cubrí mi cámara y me marche rápidamente a la avenida en donde debía tomar el transporte público.
Escribiendo incesantemente
Esta fue la primera toma, mientras me trasladaba a mi siguiente destino en autobús. Miraba las tres postales que capte.
Ignorado por el mundo, pero no por mi
Aquí la segunda fotografía, recuerdo vívidamente que me decía a mí mismo:
Debo volver y buscar a ese señor para preguntarle al menos su nombre.
Muy acompañado de sus letras
En la tercera y última imagen, se nota más la soledad de estar ahí, inmerso en sí mismo. Realizando algo que al parecer le gusta mucho.
No quise quedarme con la duda y desde esa fecha siempre estuve pendiente en volver a pasar por ahí.
Pasaron los meses, fui dejando eso de lado con la excusa de estar ocupado con mis actividades profesionales y personales.
Tuvieron que ocurrir algunos eventos que me llevaron a recordar algunos proyectos y deseos personales que deje a un lado, para satisfacer los de mis cercanos. Entre ellos estaba el de buscar nuevamente a este señor para conversar un poco con él, pero nunca se está preparado para escuchar a quien que está de alguna forma peor que tú y no se queja de las situaciones por las que está pasando.
Esta vez en el calendario decía 17 de junio de 2018. Pensé en contabilizar la cantidad de tiempo que deje pasar esto, y me topé con la siguiente información:
Fui acercándome pensando en que le diría primero, pensé varias cosas, pero cuando me acerque me deje de divagar tanto y trate de ser primero humano, y luego fotógrafo.
Por eso entre la primera fotografía y la segunda no hay más nada, pues me puse a conversar un poco con el...
Dejare que aprecien las fotografías, que saquen sus propias conclusiones y se den una idea de cómo fue mi encuentro con este señor, y al final de la serie, dejare un pequeño relato de lo que ocurrió.
Gracias por leer hasta aquí.
Susurros del amigo eterno
Eso es lo que caligrafiaba.
Rafael Ferrer, así se llama este interesante personaje, un señor que se sienta a escribir en las adyacencias de la esquina Púnceres y Av. Universidad.
A este señor le debía algo, tenía que darle un nombre, pues en una tarde lluviosa del año pasado lo fotografié mientras escribía alguna cosa bajo un aguacero, sosteniendo un precario paraguas. Bueno, luego de abordarlo y explicarle porqué me encontraba ahí, le realice una serie de preguntas. La primera fue: ¿Cómo se llama? a lo que me contesto -Rafael, Rafael Ferrer. Inmediatamente le dije. -Señor Rafael, he notado que escribe, y entre la primera vez que lo vi y está oportunidad siempre se encuentra escribiendo. ¿Por qué lo hace?
Y me contesto lo siguiente. -¿Por qué lo hago? Para olvidarme de las cosas...
Sin dudarlo le respondí -Entiendo Señor Rafael, y usted... ¿Desde hace cuando está en esta situación, así, viviendo en la calle?
A lo que me respondió viéndome. -Treinta años hijo.
Yo en mi asombro al escuchar la cantidad de años le exclame -¡Wow! Señor Rafael, es mucho tiempo. ¿Y tiene familia?...
Y en esta pregunta, ese hombre que durante 30 décadas ha vagado por la ciudad, levanto de nuevo su rostro hacia mí, y por un instante... Por un breve instante, me miro con los ojos más tristes que he visto en mi vida...
En ese momento pude haber levantado mis manos y fotografiar ese momento del tiempo, pero fue tan íntimo, tan intenso, tan real... Fue un momento para recordar el resto de mi vida y al darme cuenta de ello, decidí quedármelo para mí. Quedarme ese instante para mí, siempre. Luego lo que me respondió fue. - No, no tengo.
Posterior a unos segundos de silencio de los dos, inicie un dialogo nuevamente donde conversamos un poco más, me comento que tiene 70 años o que cumple los 70 en el mes de Julio. No me comento el por qué esta en la calle, no lo sé. No se lo pregunte, solo le regale unos lapiceros y unas hojas, le di todo el efectivo que se encontraba en mi billetera, le dije que estaría pendiente de él, me despedí y le prometí que pronto volvería con algún otro presente.
Pronto volveré a buscarlo y le llevare un presente de cumpleaños, el cual comprare con lo que genere este post, si es posible lo llevare a comer algo que le guste y tratare de que sienta que aunque no soy su familia, que puede contar aún con otras personas que al igual que yo sienten que pueden hacer algo más que solo ver y lamentarse.
Este fue mi encuentro con eso que hacen los documentalistas, no es mi estilo fotográfico. Pero soy fotógrafo, y entre mis responsabilidades están que debo mostrar el mundo indiferentemente de lo que sea.
Y el merece ser visto, merece ser escuchado y yo voy a darle la oportunidad de que así sea.
Pues como siempre le digo a mis alumnos.
Esto de fotografiar tiene mas que ver con lo que sientes, que con lo que sabes.
Gracias por pasarte por mi contenido, que tengas un feliz resto de semana.
¡Saludos!
“No haces una fotografía solo con una cámara. Sino que traes a la fotografía todas las imágenes que has visto, los libros que has leído, la música que has escuchado, las personas que has amado”. - Ansel Adams
Visita mis redes si deseas ver mi trabajo fotográfico.
¡Gracias mil por leer el contenido, saludos!
