En general, estas son las cualidades que un instructor de inglés debería poseer:
• Adaptabilidad: como lo hemos visto en publicaciones anteriores, cada grupo de estudiantes no es igual a otro, el profesor debe ser capaz de adaptar sus estrategias de acuerdo a cada grupo y contexto. Además no importa que tanto se planifique, en una clase pueden surgir situaciones inesperadas y un buen profesor puede sacar provecho de estas para practicar inglés y cumplir con su lección aunque su planificación inicial falle.
Supongamos que un profesor planificó ver un vídeo durante la clase y todos sus ejercicios eran sobre el vídeo, pero el equipo tecnológico que iba utilizar para reproducirlo no funciona, el facilitador no puede quedarse de manos cruzadas o perder tiempo valioso intentando reparar el equipo, debe tener la suficiente flexibilidad para trabajar con estos cambios de direcciones o encontrar una forma diferente de dar el contenido.
• Creatividad: Un docente debe crear diferentes estrategias de enseñanza o mejorar la que se tienen y muchas veces esto requiere de mucha creatividad y aprender a utilizar los únicos recursos que se poseen al momento. Se necesita innovar, hacer nuestras clases más atractivas para motivar a nuestros estudiantes.
• Creer en el estudiante: Muchas personas no creen en sí mismas y comienzan el estudio del idioma o cualquier disciplina con creencias limitantes. Como profesores tenemos que creer en las fortalezas de nuestros alumnos para poder transmitirles a ellos la confianza que necesitan.
No puedes enseñar algo creyendo que la otra persona no tiene la capacidad de aprenderlo. De acuerdo a la PNL, todos nosotros tenemos los recursos cognitivos necesarios para aprender. Si partimos de esta premisa vamos a conseguir los resultados que buscamos. Además que confiar en que nuestros estudiantes pueden lograr sus objetivos, nos dará otra cualidad importantísima:
• Paciencia: No podemos esperar una pronunciación excelente el primer día de clase, ni desesperarnos con equivocaciones o porque el estudiante no entiende. Ese es nuestro trabajo, enseñar. Debemos recordar que los alumnos no saben lo mismo que nosotros y para ellos algunas cosas no son tan obvias como nosotros la vemos. Tenemos que responder sus preguntas (siempre y cuando sean pertinentes al tema) y ser paciente con sus confusiones.
Para enseñar a niños (En especial de 4 a 7 años)
Hay que tener:
El Doble de paciencia: Los niños no siempre seguirán instrucciones al pie de la letra. tienen un periodo corto de atención por lo que pueden seguir indicaciones por un tiempo muy limitado, el maestro debe tener mucha paciencia y comprender esto, es normal que el niño salga con temas diferentes, haga otra cosa distinta a la que se le pide y todo esto está bien. Bajo ningún motivo se puede presionar al niño ya que esto creará rechazo al aprendizaje.
El doble de adaptabilidad: La probabilidades de que nuestra clase no se de cómo la planificamos es mayor, una rabieta de un niño, dos niños que no quieren trabajar juntos, los niños no quieren participar en la actividad aunque otras veces les haya gustado, son solo algunas de las situaciones que se pueden presentar, tenemos que aprender adaptarnos a cada circunstancia y de todas formas lograr enseñar.
El doble de creatividad: Los niños se aburren fácilmente y lo hemos dicho muchas veces: tienen un muy corto periodo de atención y concentración, por lo que tendremos que ser lo suficiente creativos para diseñar actividades que los mantenga interesados y prestando atención, además de que tenemos que ser capaces de ir innovando estas actividades.
El Doble de energía: El maestro de niños de 4 a 7 años, tiene que ser una persona preferiblemente joven, llena de energía, capaz de seguirles el ritmo cambiando de actividad cada quince minutos. Tiene que ser una persona altamente creativa para diseñar juegos y actividades que llamen la atención de sus estudiantes. No es tan fácil, el cambio de actividades cada 15 o 20 minutos, agota tanto físicamente como mentalmente al instructor, quien no posee la misma energía de los niños.
El Doble de conocimiento: El maestro tiene que tener buen dominio del idioma ya que los niños aprenden al estar expuesto al idioma, mientras más pequeño sea el niño, se hace más necesario que el instructor pueda hablar de forma fluida y precisa.
El Doble de amabilidad: Los niños son muy sensibles y susceptibles, debemos tener cuidado con la forma en que se les corrige. Muchos adultos rechazan el inglés y no se dan una oportunidad de aprenderlo debido a que de niños o incluso adolescentes tuvieron una experiencia desagradable con un maestro.
El doble de gestos y exageración: Las palabras no son suficientes para hacernos entender, tenemos que usar todos los recursos que tengamos a la mano, incluso nuestro cuerpo, haciendo gestos, usando las manos, ser muy expresivos y usar el tono de voz para llamar la atención, cambiándolo para imitar distintas voces y dramatizar situaciones.
El doble de responsabilidad: No somos doctores pero la vida de esos niños está en nuestras manos, no podemos dejar tijeras o objetos peligrosos a su alcance. No podemos usar objetos muy pequeños en nuestras clases. Debemos evitar dejarlos solos. Como maestros de niños debemos volvernos expertos en ver el peligro potencial en cada cosa y situación, previniendo accidentes. Solicitar toda la información que se requiera a los padres para evitar situaciones de emergencia, como por ejemplo si un niño es asmático, alérgico o sufre de alguna condición que requiera de cuidado especial. Evitar usar productos sobre la piel del niño o darle algún alimento sin asegurarse antes de que no sea alérgico.
Suena como un cliché pero enseñar a niños también da el doble de felicidad.
¿Cuáles son?
¿Cómo te gustaría que fuera tu profesor de inglés?