Otro equipo que jugó como nunca y perdió como siempre fueron los Cardenales de Lara. La arbitraria decisión la MLB -propietarios de la Serie del Caribe y el Clásico Mundial- de quitarle a Barquisimeto -sede del equípo campeón del la LVBP 2018-2019- y mudar la sede a Panamá tenía como motivo el hecho de que el local Mariano Rivera entró al Salón de La Fama de Cooperstown. Obviamente, las razones fueron suficientes para tumbar a la ciudad crepuscular y mudar la sede al estadio Rod Carew de Panamá.
No puedo decir a ciencia cierta acerca de cuánto fue el tiempo y recursos que ellos invirtieron tiempo en prepararse y hacer respetar la poca dignidad que les quedaba tras este desplante. Lo que sí puedo asegurar es que no fue suficiente. Nuevamente entró en juego las matemáticas. Los Cardenales necesitaban ganar el sábado ante los Leñadores de Cuba para clasificar a la final y darle la pelea a Panamá -que tuvo que ganarle a Puerto Rico ese mismo día-. O aún, perder por un máximo de dos carreras. Pero los errores que cometieron fueron garrafales y muy estúpidos. Finalmente, los larenses se fueron del estadio con un resultado de 3-0 a favor de los Leñadores; en blanco y con las manos vacías.
Vamos a ver qué pasará con la vinotinto en la Copa América. Lo más probable es que el congelamiento del desarrollo de la selección mayor pasará una fuerte factura que dolerá en un año en que la situación del país podría desencadenar un conflicto bélico a mayor escala.