Un fin de semana para el olvido: Aspiraciones rotas, humillación al doble.#NoLaDieron


Panamá, los justos campeones -por segunda vez en su historia- de una contienda cuya sede le fue arrebatada a Venezuela porque a la MLB le dio la gana. IMGSRC

Venezuela no puede seguir permitiéndose tener 'deportistas' que vivan con los humos en la cabeza y piensen en turistear cada vez que les toque salir a competir en el exterior, en vez de entrenar duro para dar el ejemplo de superación y la alegría a la fanaticada que deposita su fe en ellos.
    No, tampoco se puede permitir que, por ejemplo, se invierta en el desarrollo de una selección de futbol sub-20 en detrimento de la selección mayor -es decir congelar el progreso necesario para clasificarnos al mundial de Catar- para que en el hexagonal final hagan una completa cagada digna de selecciones como Tahití o Mozambique: un empate, una victoria y tres derrotas consecutivas sin goles a favor. Sin poder hacer un coño e' la madre para soñar con volver al mundial y mejorar la hazaña que lograron al ser sub-campeones.
      Patético el papel de Carlos Dudamel. Se volvió loco con los carajitos e hizo vainas locas que derivaron en esta cagada. El tiempo que invirtieron estaba para que ellos ganaran, incluso el título del Sudamericano Sub-20 -que acabó ganando Ecuador luego de que mostraran superioridad ante una Venezuela que necesitaba ganar- , pues las matemáticas estaban a su favor a pesar de sus dos derrotas previas...Esas mismas matemáticas finalmente colocaron a ese fraude de equipo en la fosa del hexagonal final.

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        Otro equipo que jugó como nunca y perdió como siempre fueron los Cardenales de Lara. La arbitraria decisión la MLB -propietarios de la Serie del Caribe y el Clásico Mundial- de quitarle a Barquisimeto -sede del equípo campeón del la LVBP 2018-2019- y mudar la sede a Panamá tenía como motivo el hecho de que el local Mariano Rivera entró al Salón de La Fama de Cooperstown. Obviamente, las razones fueron suficientes para tumbar a la ciudad crepuscular y mudar la sede al estadio Rod Carew de Panamá.

          No puedo decir a ciencia cierta acerca de cuánto fue el tiempo y recursos que ellos invirtieron tiempo en prepararse y hacer respetar la poca dignidad que les quedaba tras este desplante. Lo que sí puedo asegurar es que no fue suficiente. Nuevamente entró en juego las matemáticas. Los Cardenales necesitaban ganar el sábado ante los Leñadores de Cuba para clasificar a la final y darle la pelea a Panamá -que tuvo que ganarle a Puerto Rico ese mismo día-. O aún, perder por un máximo de dos carreras. Pero los errores que cometieron fueron garrafales y muy estúpidos. Finalmente, los larenses se fueron del estadio con un resultado de 3-0 a favor de los Leñadores; en blanco y con las manos vacías.

            Vamos a ver qué pasará con la vinotinto en la Copa América. Lo más probable es que el congelamiento del desarrollo de la selección mayor pasará una fuerte factura que dolerá en un año en que la situación del país podría desencadenar un conflicto bélico a mayor escala.

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