Y de pronto sin previo aviso, nuestra vida se pinta de colores y comienzas a temer que de la nada se transforme en tu todo.
No puedes decir que te sientes victorioso porque no es un trofeo, pero al menos recuperas el control sobre ti mismo.
Y de pronto sin previo aviso, nuestra vida se pinta de colores y comienzas a temer que de la nada se transforme en tu todo.
No puedes decir que te sientes victorioso porque no es un trofeo, pero al menos recuperas el control sobre ti mismo.