Aprendamos de los niños: Creer

children-wallpaper-www.1366x768.ru_.jpg
Fuente

Construyamos con las herramientas que tenemos aquello que soñamos.

Yo amo a los niños, amo su capacidad para reir, para imaginar, para amar, para perdonar y sobre todo para soñar. Ellos sí que sueñan en grande. Por eso escribiré de vez en cuando sobre los tantos aprendizajes que ellos me han dejado.

Mientras estudiaba en la universidad trabaje por un tiempo como niñera en una guardería, y aprendí muchísimo de los niños.

En una ocasión una niña muy pequeña, de 4 años aproximadamente, empezó a colorear. Luego de unos minutos, se acerca a mi con una emoción avasallante y me dice “mira Karla, es un mickey”. Los ojitos le brillaban y abrazaba con tanta fuerza a su dibujo que lo arrugó. Por supuesto que al mirar la hoja lo único que yo veía eran garabatos, un montón de líneas sin sentido. Pero, su felicidad, euforia y orgullo por aquella obra de arte me conmovió casi hasta las lágrimas.

En ese momento quise con todo mi corazón empezar a ver la vida como esa niña lo hacía.Empezar a mirar las cosas no como son, sino como yo quería que fueran. A construir, con las pocas herramientas que tenga al momento aquello que sueño y anhelo con el corazón y amarlo como si fuera la mejor cosa del mundo. Sentirme orgullosa.

A los niños, no les avergüenza mostrar sus talentos cuando están pequeñitos y no tienen consciencia de lo que es la vergüenza. Luego, cuando crecen empiezan a tener conciencia de lo que está bien y de lo que está mal y es precisamente ahí cuando se cierran.

Nosotros, por el contrario, tenemos tanto miedo al qué dirán, a las críticas, al fracaso que nos cuesta muchísimo arrancar un proyecto porque creemos no tener o el talento, o las herramientas suficientes para comenzar. Ignoramos que lo único que se necesita para empezar a soñar despiertos es precisamente eso, un sueño y mucha mucha dedicación.

Como esa niña, miremos la obra que hicieron nuestras manos con ojos de amor.Comprometidos como siempre a mejorar, pero sin castigarnos con críticas destructivas.

La única persona, después de Dios, que necesitamos que crea en nosotros somos nosotros mismos. ¡Cree en ti! Que sí se puede.

11304066_126908.jpg

Besos ciberneticos.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now