Boeing 737 Max: El capitalismo tóxico.

Era una mañana del 29 de octubre del 2018. Un Boeing 737 Max operado por Lion Air despegó del aeropuerto de Yakarta en indonesia. En cuestión de minutos desapareció del radar: la aeronave había caído al mar.
Sus 189 ocupantes murieron.

El 10 de marzo del 2019 un Boeing 737 Max operado por Ethiopian Airlines despegó del aeropuerto de Adís Abeba. En cuestión de minutos desapareció del radar: la aeronave había caído.
Sus 157 ocupantes murieron.

Con 4 meses de diferencia fueron dos los accidentes que involucraban al mismo modelo de avión: El nuevo Boeing 737-8 MAX. Horas después del segundo accidente se emitió la orden mundial de dejar en tierra a este nuevo avión.
La razón del siniestro fue un error de diseño que tenia como objetivo hacer mas rentable a la aeronave. En otras palabras: capitalismo.

La rivalidad mas fuerte en el mundo de los fabricantes aéreos se da entre la norteamericana Boeing y la europea Airbus. La primera ha fabricado el modelo 737 desde 1964. Éste es el avión mas vendido en la historia pues es ideal para vuelos de corto alcance y su diseño le permite pasar mas tiempo en el aire y menos tiempo en tierra, convirtiéndolo en un activo muy eficiente y rentable para las aerolíneas.
Por otro lado Airbus cuenta con la familia A320 desde 1987, aviones bimotores de un solo pasillo que cumplen con las mismas características que el 737.
Seguramente has volado en alguno de estos aviones pues en México dominan el mercado. Los Airbus con Volaris, Interjet y VivaAerobus, mientras que Aeroméxico cuenta con una mayoría de Boeing 737 para sus vuelos de corto alcance.
Hasta hace poco a las aerolíneas no les interesaba mucho la eficiencia de combustible en vuelos de corto alcance ya que la rentabilidad éstos dependían de la cantidad de viajes que podía hacer una avión al día (entre 3 y 5 vuelos diarios) y no de su consumo.
Sin embargo, en 2014 Airbus dio un paso inesperado: saco a la venta el nuevo A320 Neo: un avión que ofrecía menor consumo de combustible y por lo tanto un ahorro millonario para las aerolíneas de bajo coste. Además, un avión de cabina chica que tenía la capacidad de realizar vuelos transatlánticos. Esto representó un duro golpe para Boeing.
Aunado a esto, American Airlines tuvo la audacia de hacer un pedio a la norteamericana por 100 737 mucho mas eficientes en consumo de combustible. Avión que aún no existía.

La dominancia del producto más vendido de Boeing dependía ahora de acelerar la creación de un modelo más sustentable, en tiempo récord y sin importar el costo.
¿Pero por qué American pedía un avión inexistente? ¿Por qué pedía un viejo modelo rediseñado y no un modelo totalmente nuevo y con mejor tecnología?
La razón es simple. Un piloto del 737 puede subir a un nuevo modelo y pilotear sin contratiempos. No se le pide nuevo entrenamiento, ni horas en el simulador. Solo una rápida actualización con las nuevas características de la aeronave. Un 737 nuevo se debería pilotear igual que un 737 de 1964.
Aerolíneas como American cuentan con una flota de cientos de 737 y cientos de pilotos capacitados para volarlos. Un avión diferente requeriría gastar millones en capacitaciones para pilotos y técnicos que, a su vez, requerirían mucho tiempo de entrenamiento antes de poder subir a un avión. Así que la opción rentable estaba en tomar el viejo modelo y hacerlo tan eficiente como lo exigia el mercado.
Lograr esto requería meter un motor mas grande bajo el ala. Desafortunadamente la altura del avión no permitía hacer eso así que Boeing optó por colocarlo un poco más adelante para poderlo subir. Aquí inician todos los problemas.

737NG-vs-MAX-compressor.png
Comparación entre motores del 737NG y el 737Max

El nuevo diseño cambiaba el centro de gravedad del avión y por consiguiente su equilibrio: el avión ya no despegaba y aterrizaba de la misma forma.
Primero quiero explicar un poco el concepto de perdida de sustentación de un avión.
Una aeronave tiene un grado de inclinación máximo permitido. Al rebasar dicho ángulo la aeronave pierde toda aerodinámica y cae de forma irremediable. El Boeing 737 contaba con un ángulo de ataque ya conocido por los pilotos, pero al cambiar el centro de gravedad también se reducía dicho ángulo. Boeing solucionó este problema de forma muy irresponsable:
Primero, introdujo un software que reconocía si el avión entraba a un ángulo inseguro y lo corregía automáticamente. El conocido MCAS.
Segundo: Boeing no notificó este cambio. El nuevo sistema era un secreto para los pilotos.

Después de una lectura rápida al nuevo manual, los pilotos simplemente subieron al nuevo avión y comenzaron a volar. Sin embargo, el nuevo MCAS comenzó a malinterpretar los datos y falló. Los pilotos se encontraban luchando contra un avión que se empeñaba en bajar su ángulo sin explicación aparente y sin ninguna indicación sobre el sistema en los nuevos manuales.
Por querer ganar terreno a Airbus, Boeing traicionó la confianza de sus clientes entregando un avión distinto a lo que prometió causando así la muerte de más de 300 personas.

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