Y me dijo ven camina conmigo y no había reparado en sus zapatos rotos. Ella solo quería una mano, un pie, un zapato; no quería mirar solo olvidar el pasado. Y yo quería su corazón, quería correr, quería escapar sentirme más real más humano. Anduvimos dando vuelta a la misma cintura blanca hora tras hora, respirando ese aire de pecado noche tras noche y manipulamos al amor cínicamente a nuestro antojo instante tras instante.