Reto Diario 1.75%® powered by @jcalero Día 9 (Sobre la dificultad de escribir a diario)

Otro día más en este reto que cada vez se complica más. Es que siendo honesto, hay un momento que se acaban las ideas cuando se intenta no hablar tonterías. Tampoco con la presión, las responsabilidades diarias y el estrés de la vida hay tiempo de sentarse a escribir un cuento todos los días, ni provoca.

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Me gusta escribir narrativa, los cuentos son divertidos de escribir una vez se les agarra el ritmo. El problema de escribir cuentos es que hay tantas cosas sobre que escribir y tantas maneras de hacerlo que a veces uno no sabe cómo empezar, ni como terminar, ni mucho menos como llevarlo a cabo.

Es difícil encontrar una buena idea entre tantas. Es como hallar una aguja en un pajar. Es tan difícil porque es un problema con infinitas soluciones, muchas buenas pero la mayoría, malas. Por eso, me gustan los formatos reducidos y limitados. No es lo mismo decir “escribiré un cuento” a decir “escribiré un cuento de un perro cojo con la cola rota”.

Porque escribir un cuento de un perro roto con la cola coja limita las soluciones y tu búsqueda se reduce enormemente, te obligas a analizar la idea desde mil perspectivas, lo que además limita la cantidad de soluciones. Entonces, lo que era un problema de infinitas soluciones se convierte en un problema mucho más sencillo de abordar, deja de ser algo amorfo y difuso para convertirse entonces en un reto a la creatividad e inteligencia; deja de depender de la inspiración.

Un cuento de una cola rota de un cojo perro te lleva a preguntarte: ¿Cómo se rompió la cola?, ¿por qué está cojo?, ¿qué hará el perro?, ¿de quién es el perro?, ¿dónde está el perro? Y así. Entonces esas respuestas son las que te harán crear una historia coherente y teniendo la historia, llevarla a las letras es mucho más sencillo.

Ya no es tan complicado porque tienes una historia y tu deber es contarla bien. Buscar la manera de que el perro cojo con la cola rota sea interesante para el lector, contar su historia de tal manera que tu solución al problema de la pata rota del cojo perro sea la mejor posible.

Es por eso que me gusta tanto participar en los concursos, son ejercicios literarios acotados que sirven para ejercitar y estimular la creatividad. Son una manera de obligarse a cumplir un objetivo, uno se fija una meta y la cumple, ahora bien, si el cuento del fulano coja pata con la cola rota es bueno o malo ya depende de la práctica, la técnica y el talento que se tengas.

Y este “reto” que me propuse de publicar a diario me lleva a hacerme todos los días la misma pregunta: ¿de qué escribo?, sé que en realidad poca gente lo lee, pero igual, intento escribir cosas que entretengan al lector y no se sientan como tiempo perdido. En definitiva, intento que a pesar de ser publicaciones diarias sin gran elaboración, merezcan ser leídas porque valoro y respeto a mis lectores.

Espero que esta pequeña reflexión también merezca ser leída, es una pequeña tontería que escribí sobre la falta de inspiración que quizá hayan experimentado los que me leen, pero que se puede solucionar.

Cuando no sepas de que escribir, cuando creas que la musa se fue de parranda y anda durmiendo la mona en la calle, tirada con el pelo revuelto y bañada en vomito, escribe un cuento de un perro roto con la coja cola; seguro algo se te ocurre.