Allanamiento de Morada

En vista que me estoy quedando sin ideas para publicar a diario me propuse escribir una serie de mini relatos basados en palabras al azar que pido a algunos usuarios. En esta ocasión, gracias a la mente retorcida de @pechichemena que relaciona zapatos con zanahorias y marcadores nació este pequeño cuento.

Las palabras fueron las siguientes: Tostador, Huellas, Zapato, zanahoria, marcador. Espero lo disfruten.


Fuente


Giré la llave con la certeza de que algo iba mal. Silenciosa, se deslizó en la cerradura hasta hacer click. La puerta, se abrió suave sobre sus goznes aceitados. La empujé suavemente.

Di un paso adentro, algo crujió cuando lo pisé y al mirar abajo comprobé mis sospechas. Avancé silencioso, esquivando los fragmentos de jarrón que salpimentaban el piso del estar. Avancé precavido hacia la cocina.

Lo primero que vi fue que el tostador colgaba precario del cable conectado a la pared. La vajilla quebrada en cientos de fragmentos cubiertos acá por maní pisoteado, papitas fritas y granos de café. Acá y allá un borrón de suelo limpio evidenciaba las huellas del culpable. Más allá, un zapato destrozado  junto a una zanahoria rota no dejaba dudas del empeño puesto por el responsable de la destrucción.

Giré sobre mis pasos abandonando el epicentro del ataque, una vez en el estudio comprobé que los daños no eran tan graves, algunos papeles en el piso, un libro por allá y un marcador roto por acá. Al parecer el atacante buscaba comida.

Encaminé mis pasos a la habitación. La cama revuelta, más zapatos destrozados, algo tiene contra los zapatos, me dije. Mire bajo la cama, nada extraño.

Volví a la sala de estar, silenciosa luego del paso del huracán. Tanto silencio es sospechoso, pensé. Quizá en estos momentos, agazapado, me acecha. Miré a mis espaldas bruscamente intentando detectar su presencia, no, nada. Miré con precaución detrás de las cortinas, nada. ¿Se habrá escapado?

Me dirigí al baño, el piso manchado de más huellas, la tapa del wáter abierta y agua sucia en el piso. Por acá también paso, me dije. Recogí los restos de la alfombrilla impregnados  de un asqueroso líquido y en silencio miré dentro de la bañera.

Y ahí estaba, luego de su orgía de destrucción el cachorro dormía agotado y totalmente satisfecho.



Por cierto, este cuento corresponde a mi "hasta cuando, que ladilla" Reto Diario 1.75%® powered by @jcalero Día 13.
Si te pareció interesante este cuento y quieres ayudarme a seguir publicando a diario, ¿Por qué no me sugieres algunas palabras, una imagen o una idea para escribir otro cuento?



Publicado desde mi blog con SteemPress : http://jcalero.vornix.blog/2018/09/23/allanamiento-de-morada/

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