Estoy envenenado por tu mirada tóxica
más caliente que...
una línea erótica
la próxima,
en ser otra fantasía irónica
pasar a formar parte de mis crónicas.
Hay alcohol y más,
chicas que jamás
quisieras entender o entenderás.
Curvas sutiles como los que genera el jazz
haciendo que su dulce melodía me mueva a su compás.
Vas...
entendiendo, ellas son únicas
y lo único que comparten es su género,
y yo tan sólo el perro faldero...
que les va detrás.
Has...
de comprender que bajo la manga ellas tienen el As,
y tu otro bufón en la baraja que no las tocarás.
La delicadeza de su voz me deleita,
cuerpo de dieciocho, curvas de veinte, mente de trenta,
y yo a tientas, con mente de dieciocho, cuerpo de quince y escuchando los cuarenta,
¿Qué tal sienta
tener una belleza que infecta?
Tu sonrisa que ilumina el cielo
con el único consuelo
de que hasta la Luna la observa.
El pecado de la lujuria
es un alma suelta,
hasta la gula
quiere comerla,
la codicia
ansía tenerla,
la soberbia
envidia verla,
la pereza
no espera superarla
y la ira
se la mira
sin poder odiarla.
Oh Femme Fatale, eres tan lista
tu picardía hace que entre mis dedos se escurra tinta,
quiero tocarte y ser tu violinista,
serías mi Stradivarius y haría que no resistas,
melodía sobre partituras, mi misterio sin pistas.