La fórmula del éxito

Deben existir infinidad de textos de autoayuda, repartidos entre libros, revistas, blogs, y un innecesario etc. Pero tengo la impostergable necesidad de escribir mi versión al respecto. Un texto más en el mar inabarcable de esos que tratan de decirte cómo hay que alcanzar los sueños. Y acá va: ¿es simple? Sí ¿es fácil? No ¿cuál es? Levantá el culo. Movete. Dejá de romper las bolas con textos como éstos, agarrá el gran abanico de cosas que te interesan y mandá todo al carajo. Sí, cortá con todo ¿Decime si no podés sobrevivir una semana sin todas las pelotudeces que consumen tus horas? Ahora, si no podés aguantar una semana sin esas cosas, no rompas más las bolas y reconocé que preferís hacer 50 cosas pero a medias y no llegar lejos con ninguna, y está bien, viví en paz de una vez con la idea de ser una persona promedio en todo, ya que tenés tanto miedo a que te señalen, a que te encasillen, al fracaso, al papelón, al “one shot, one opportunity”, que se metan el one shot en el orto. Hacelo cuantas veces se te cante las bolas, caete y volvete a levantar mientras los mirás riéndose de tus errores, que se descostillen de la risa. Vos esperá tranquilo a reír último. Pero si no largás las demás cosas que te consumen el tiempo, quedate tranquilo que los últimos en reír van a ser ellos. Enfocate en una cosa, después de dejar todo por una semana, esa cosa que es la que más te costó dejar, lo que más deseaste hacer durante toda la semana de abstinencia, volcate a eso con todo, a eso le tenés que sacar partido, como sea, levantá el culo y dejá de buscar otras cosas para hacer y leer, dejá de leer, ya.

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