La azulada y penetrante mirada, cual cielo mañanero, contrastaban con los pálidos y secos labios que se entre abrían para musitar frías y cortas palabras. Silenciosas, pero carentes de sentido fueron olvidadas y opacadas por las susurrantes hojas de otoño que se entremezclaban metafóricamente con el ondulado cabello de la chica cuya efímera existencia, dio riendas al frio invernal.
El escrito y la pintura pertenecen a mi persona, @missdavila