Hace unos años atrás, tras la caída de un árbol me tocó vivir la experiencia de rescatar una par de ardilla bebes, con ternura observaba como se alimentaban a través de un gotero con un poco de leche y luego se acurrucaban al calor de una bombilla que acondicioné para tal fin.
En un principio creí que eran huérfanas, pero, luego opté por devolverla a su ambiente natural, fue conmovedor ver el celo con que su madre merodeaba con insistencia aquel lugar al día siguiente y es que en definitiva como dice la canción no hay amor de madre!
El testimonio de aquel momento me quedó en un corto video que guardé en mi canal deYoutube y que para mi sorpresa ha sido visto por muchas personas, hoy quiero compartirlo con ustedes a través de esta plataforma.
En un principio creí que eran huérfanas, pero, luego opté por devolverla a su ambiente natural, fue conmovedor ver el celo con que su madre merodeaba con insistencia aquel lugar al día siguiente y es que en definitiva como dice la canción no hay amor de madre!
El testimonio de aquel momento me quedó en un corto video que guardé en mi canal deYoutube y que para mi sorpresa ha sido visto por muchas personas, hoy quiero compartirlo con ustedes a través de esta plataforma.