Mexicana caliente cogida en tanguita

Un joven pícaro se reía del menú de un restaurante, que decía culonas calientes gratis. Todo comenzó cuando un empleado fornicó a la esposa e hija del dueño del lugar. Aquel día el mesero corría de la cocina a la gerencia. Entonces una adolescente de inmenso culo apareció ante él, era la hija del patrón. La muchachita abrazó del cuello al trabajador, le besó el cuello y su delgado vestido resbaló hasta el piso. Las manos del joven impactaron la esponjada cola de la chica como imanes. Ella lo atrapó con sus piernas anchas y blancas, lo atrapó como un cangrejo.

Así pues, entraron al almacén. El mozo la depositó sobre unas cajas de cartón y acomodó las colosales caderas a la altura del genital. Pronto introdujo la verga en el coño lampiño de la muchacha, este se llenó de espuma blanca. Justo entonces, la madre abrió la puerta y encontró el acto de fornicación. La señora empujó al mancebo y comenzó a golpear a su hija, pues le enfada que alguien más folle. Después, ella se desnudó, demostrando que su culazo era más grande e irresistible. Caminó hasta el chico, se sentó en la polla que aún estaba parada y dijo: no quiero eyacules pronto.

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