Es muy triste tener que regresar a Venezuela y sentir que ya no es tu país, que todo lo que conocías parece ser parte de un bonito sueño y despertaste en una realidad espantosa. Ver la falta de transporte público, personas comer de la basura mientras otros comen felices en restaurantes ignorando totalmente la completa necesidad y hambre que tienen nuestros hermanos es increíble, no es la Venezuela que conocía y no es la Venezuela en la que quiero vivír.