“Tal vez era el momento de encerrarse y dejar que la tristeza la consumiera lentamente, o levantarse y seguir adelante.”

A veces estamos en un punto en el cual parece que no hay salida, nos sentimos llenos de dudas y cansados, cansados de caminar, de entender, de luchar por ser escuchados, abrazados, a veces no queda fuerza para creer que algún día algo cambiará, algo que nos haga encender la fe y renueve nuestras esperanzas.

A veces escuchamos el silencio, queriendo encontrar algo más, pero solo es eso, el silencio, y ya nada importa porque no sabemos entender que aun cuando todos callan, Dios habla, y entonces parece que todo lo que somos, lo que construimos deja de existir, y nos quedamos allí estancados, mientras lo días pasan y nos encerramos en una monotonía, porque no sabemos esperar, y sé que la espera es dura, duele, desgarra, pero ir de prisa nos rompe, nos hiere, por eso aunque esperar parezca creerle al viento, no es así, esperar significa creer en alguien que conoce nuestro futuro y como nos conoce tanto no se adelanta, ni se atrasa, sino que llega a tiempo.

A veces quisiera volver a ser niña, soñar como niña y creer que todo es posible, quisiera recuperar todas las sonrisas que se perdieron al transcurrir el tiempo, volver amar sin prejuicios. Lo que fuimos, ya no volverá, tenemos el presente y es esto lo que importa. Lo que somos y hacemos hoy, salpicara nuestro futuro, es por ello, que debemos siempre procurar dejar huellas bonitas, trabajar en la persona que queremos ser mañana, identificar aquello que debemos soltar e invertir tiempo en ser mejores, más apacibles, más amables, mas empáticos, más fuertes, más constantes, con más sueños y menos excusas.

A veces, solo necesitamos callar, y dejar que Dios actué a nuestro favor, porque estamos tan rodeados de ruidos que no sabemos a cuál voz escuchar y seguir, pero cuando la puerta de tu habitación se cierra, cuando entras al lugar de tu descanso y cierras tus ojos y dices: Dios estoy aquí, solo esas tres palabras serán suficientes para hacer silenciar todas la voces y dejar que la voz de Dios se deje oír.

“Tal vez no es momento de encerrarse, ni dejar que la tristeza te consuma, sino de levantarte y seguir adelante.”

ENGLISH

"Maybe it was time to lock herself away and let the sadness slowly consume her, or get up and move on."

Sometimes we are at a point where it seems that there is no way out, we feel full of doubts and tired, tired of walking, of understanding, of fighting to be heard, embraced, sometimes there is no strength left to believe that someday something will change, something that will ignite our faith and renew our hopes.

Sometimes we listen to the silence, wanting to find something else, but it is just that, silence, and nothing matters anymore because we do not know how to understand that even when everyone is silent, God speaks, and then it seems that everything we are, everything we build ceases to exist, and we stay there stagnant, while the days go by and we lock ourselves in monotony, because we do not know how to wait, and I know that waiting is hard, it hurts, it tears, but to go in a hurry breaks us, hurts us, that is why even if waiting seems to believe the wind, it is not like that, waiting means believing in someone who knows our future and because he knows us so well, he does not go ahead, nor is he late, but arrives on time.

Sometimes I would like to be a child again, to dream as a child and believe that everything is possible, I would like to recover all the smiles that were lost with the passing of time, to love again without prejudice, what we were, will no longer return, we have the present and this is what matters. What we are and what we do today, will splash our future, that is why we must always try to leave beautiful footprints, work on the person we want to be tomorrow, identify what we should let go and invest time in being better, more gentle, kinder, more empathetic, stronger, more constant, with more dreams and fewer excuses.

Sometimes, we just need to be quiet, and let God act in our favor, because we are so surrounded by noises that we do not know which voice to listen to and follow, but when the door of your room closes, when you enter the place of your rest and close your eyes and say: God I am here, only those three words will be enough to silence all the voices and let the voice of God be heard.

"Maybe it's not time to shut yourself away, or let sadness consume you, but to get up and move on."

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