¡No seas cruel!
Aprende a compadecerte de los que están en peores condiciones que tú.
Recuerda la máxima evangélica del mayor de los filósofos: "Felices los misericordiosos porque ellos alcanzarán la misericordia".
Compadécete del que se equivoca, porque no sabes cuándo vas a caer tú en las mismas fallas y te sentirías muy bien si te comprendieran y te perdonarán.
¡Perdona tú también y sé misericordioso con quien se equivoca!