Este relato está inspirado por el arte digital de @xpilar. Ésta es la imagen que lo motiva:
Una felicidad enorme sintió el niño José Andrés cuando sus padres con mucho esfuerzo y sacrificio pudieron comprar una casa cómoda y con una habitación para el y otra para su hermana mayor Victoria. Pero, la guinda del postre era que detrás de la "nueva" casa había un patio de razonables medidas y con tierra y césped donde los niños podían pasar horas jugando tranquilamente.
Efectivamente, los niños pasaban horas y horas jugando felizmente a la pelota y a cualquier juego donde el espacio era al norma y que ahora podían permitírselo. José pasaba una buena parte del tiempo jugando solo, tirado en el césped. Allí se internaba en un mundo imaginario de juegos y batallas donde los protagonistas eran los "soldaditos celestes y rojos" que el nombraba y describía a cada rato.
Esta afirmación fue notada por su padre, quien un día decide ir al patio a jugar con su hijo menor para que le explique mejor la historia de esos personajes a los que tanta referencia hace. El niño y el padre se echan en el césped y el padre queda anonadado cuando desde un nido en forma de volcán sale un ejército de hormigas con vientres rojos y celestes que, ante su presencia, salen en cantidades a jugar con su amigo humano.
El papá asombrado toma una foto con el zoom al máximo y consigue la espectacular foto que adorna este post.
