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Cleo

Había una vez una gatita llamada Cleo que vivía en un pequeño apartamento en el corazón de la ciudad. Cleo era una gata curiosa y observadora, y le encantaba pasar horas en la ventana, mirando a la gente pasar por la calle.

Sus dueños, Don Carlos y Doña Marta, eran una pareja mayor que vivía una vida tranquila. Cleo se había convertido en su compañera fiel, y ellos la adoraban. Sin embargo, lo que no sabían era que Cleo tenía una costumbre muy peculiar: le gustaba escuchar atentamente sus conversaciones.

Cada noche, cuando Don Carlos y Doña Marta se sentaban en el sofá a charlar sobre sus recuerdos y planes para el futuro, Cleo se escondía detrás de las cortinas y prestaba atención a cada palabra. A veces, incluso se subía al alféizar de la ventana para escuchar mejor.

Un día, mientras Don Carlos hablaba sobre su juventud y las aventuras que había tenido, Cleo se dio cuenta de algo importante. Había mencionado un antiguo mapa del tesoro que había guardado en el desván. Cleo no podía resistirse a la idea de un tesoro escondido, así que decidió investigar.

Por las noches, cuando todos dormían, Cleo se aventuraba al desván. Saltaba de caja en caja, buscando el mapa. Finalmente, encontró un viejo pergamino amarillento con marcas y símbolos extraños. Cleo no entendía mucho, pero estaba emocionada.


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Decidió seguir las pistas del mapa. Saltó por la ventana y se adentró en la noche, siguiendo las estrellas y las señales que el mapa le indicaba. Viajó por calles oscuras, pasó por parques y se aventuró en los callejones más estrechos. Cleo se sentía como una auténtica exploradora.

Finalmente, llegó a un parque abandonado. Allí, bajo un antiguo roble, encontró una caja enterrada. Con sus patitas, desenterró la caja y la abrió. Dentro, encontró monedas de oro, joyas brillantes y un collar con una piedra preciosa.


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Cleo regresó a casa con su tesoro y lo dejó en el sofá, justo al lado de Don Carlos y Doña Marta. Al día siguiente, cuando se despertaron, se quedaron boquiabiertos al ver la riqueza que Cleo había encontrado. No podían creerlo.

Desde entonces, Cleo siguió escuchando las conversaciones de sus dueños, pero esta vez, en busca de nuevas aventuras y tesoros. Se convirtió en la gata más famosa del vecindario y su historia se contaba de generación en generación.

Y así, la pequeña gatita Cleo demostró que incluso los más pequeños pueden tener grandes aventuras si siguen su curiosidad y escuchan atentamente.





Foto(s) tomada(s) con mi smartphone Samsung Galaxy S22 Ultra.

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