Alberto Martínez se encontraba organizando algunos documentos de casos variados en su oficina; papeleo regular de un detective privado.
“El asesinato de Medio Bigote”, “La niña del río Bernavó” y “Los cócteles de la muerte” eran algunos de los casos que aún estaban abiertos al sol de hoy, ya que la policía no les causaba interés, alegando que fue una tragedia y caso resuelto para ellos.
Por eso contactaban a “Martínez y Lombardo”, con intención de atar los cabos sueltos de estas situaciones donde no se sabía por dónde empezar.
Su pan de cada día era investigar estos casos tan trillados, casos que requerían mucha más investigación de lo habitual, porque no tenían un “modus-operandi” lineal, no se contaba con muchos detalles, o simplemente eran de una índole muy extraña.
De repente un llamado paso la puerta de cristal con el nombre del detective Martínez.
Era Eduardo Lombardo, el socio y compañero de Martínez. Avisando que había llegado correspondencia.
Mira lo que llego en este sobre Martínez. Es un “CD”; hoy en día nadie te envía una película o un “CD” de “quemaitos” por correo como en nuestra época, ¿Es bastante raro verdad? lo último que recibí en un “CD” fueron los resultados de unas placas pulmonares, pues no había acetato para dármelas en físico.
_ Lombardo rió por un momento_
Dice, “A QUIEN PUEDA INTERESAR” en un costado y no tiene remitente ni nada, ¿Lo abrimos a ver que tiene?
_ Lombardo hablaba rápido y demasiado_
Dale pues, échale navaja Lombardo.
_ Dijo Martínez, el cual prefería escuchar atentamente a cualquier detalle_
En efecto, era un “DVD” con la letras “M-K-Ω” escritas a mano en rotulador sobre el CD. No lo hacía parecer nada fuera de lo común, pero Lombardo lo miraba asombrado como si fuera de otro mundo.
Pruébalo pues, nuestro trabajo es ser metiches ¿no?
_ Le respondió Martínez._
Colocaron el peculiar “CD” en el viejo ordenador del comedor de la oficina y enseguida empezó a reproducirse.
La primera imagen que hubo era la de una pequeña habitación con poca luz.
Se escuchaba alguien detrás de la cámara diciendo _ “coño... están afuera todavía. Bueno, es ahora o nunca”_. Luego apareció el chico que hablo un instante antes detrás de la cámara. Lucia bastante desarreglado, y tenía el rostro demacrado por el cansancio, como si no hubiese dormido en una semana. Se sentó en un banco de tres patas frente a la cámara y empezó a contar su historia después de dar tres respiros para calmarse.
“Todo comienza así”... fue su primera frase. A lo que Martínez y Lombardo respondieron con un silencio constante.
Mi nombre es Agustín Oropeza, esta es mi identificación, y mi permiso de conducir, tarjetas de banco, etc._ mostrándolos frente a la cámara_ Me persiguen porque me lo busqué, y mis presentimientos fueron acertados desde un principio...
Llevaba tiempo trabajando en el hotel “Renaissance”, casi un año y medio no más de eso, lo aseguro. Vi pasar por la carrucha de botones que fue mi herramienta tanto tiempo una infinidad de equipaje. A veces me daba curiosidad leer las etiquetas colgando de las agarraderas de las maletas pues me causaba intriga saber de dónde venían los huéspedes, y nada me impedía el hacerlo de vez en cuando.
Después de recibir mi entrenamiento y aprobar todos los exámenes de admisión exitosamente entre al área de trabajo, donde con el pasar de los días vi que se hospedaban con frecuencia muchos europeos, más que todo suizos, franceses, húngaros, y rusos por alguna razón. Quien sabe, a lo mejor el hotel era famoso por esos lares, convirtiéndose en un estándar de servicio internacional; de eso nunca me llegue a enterar.
Esa era mi rutina. La eventualidad de que se hospedara un visitante del viejo mundo en un hotel de américa latina significaba para mí recibir jugosas propinas en monedas de las que al momento me enteraba que existían. El lugar estaba repleto la mayoría de los días del año, y como empleado nunca nos enterábamos en mayor detalle de los eventos que se desarrollaban ahí, éramos simples herramientas de recepción y buena imagen para la empresa.
Desde mi perspectiva el hotel “Renaissannse” era colosal. Con 1,70 de estatura podía ver el edificio levantado enfrente de mí asemejando una fortaleza de ladrillos, con entrada forrada en cristal y adornada en algunas guindas de metal de un artista que no conocía. Colocándole la lupa se veía que era más que un hotel 5 estrellas; el lugar estaba repleto de los lujos más absurdos y extravagantes, cosa que solo un magnate o un emperador romano se podrían costear. Todo esto con la intención de cumplir las fantasías hedonistas de sus hospedados y dar escape a sus vidas rutinarias.
Mi posición empezó a balancearse cuando un individuo bajó de un “Mercedes Benz” a finales del pasado noviembre. Tenía un sobretodo negro con unas iniciales bordadas en el bolsillo de su chaqueta, donde va el corazón, en letra cursiva, “K.L” marcaba; parecía un tipo bastante importante dentro de cualquier sociedad. Rápidamente bajo de su auto y lo dejo con el valet que lo ayudo a bajar su equipaje. El portero del hotel procedió a darle la bienvenida, luego de ello me llamo con la seña de costumbre y me acerque con la carrucha de manera puntual a donde yacían sus maletas siguiendo todo el protocolo.
_ “¡Buenas tardes caballero, soy el botones!”_ dije de manera entusiasta como de costumbre a todos los recién llegados. A pesar de la apariencia déspota de tal individuo, me respondió en mi idioma de manera amigable con un _ “Buenas tardes”_ bastante bien pronunciado y cierto acento distintivo de los rusos, me sorprendía bastante que hablara español. Llevé sus maletas al lobby del hotel mientras se registraba y luego subí por el ascensor de carga hasta la suite que había reservado.
Una vez en la puerta, saco de su bolsillo lateral un billete de unos 50 euros; me sorprendí al ver el monto del papel que sostenía en su mano, cuando lo fui a recibir se retrajo rápidamente y me pregunto mi nombre, _ “Agustín Oropeza”_ respondí, de cualquier forma mi nombre también estaba en la placa del uniforme bastante visible, precisamente en el mismo lugar donde este individuo llevaba las iniciales bordadas.
Me estrecho la mano y me dijo _ Thanks for your service Agustín, mi nombre es Kalisher Lubramovich. Deberías descansar hijo, te ves agotado_ entregándome el billete en el mismo momento que estrecho mi mano, y dejándome con ello un presentimiento confuso de todo lo ocurrido anteriormente.
Luego de esta escena laboral un poco incomoda y me despedí de acuerdo al "speech" protocolar colocando a la orden el hotel en caso de cualquier necesidad. En seguida con media vuelta volví a mi faena como correspondía, bajando por el ascensor de servicio.
En el camino fui pensando la cantidad de dinero que podría tener este tipo como para darle una propina 50 euros a cualquier botones de un hotel; no era algo que me sucedía regularmente, pues parecía un acto de bondad con alguna intensión en segundo plano.
Con esa situación aún fresca me dirigí a la entrada con la carrucha dorada una vez más y probé el billete en la máquina de la recepción para autentificar que era real. Lo era, así que lo volví a guardar en mi bolsillo con la incertidumbre todavia a flote y procedí a trabajar el resto de la tarde mientras iba recibiendo a una multitud de gente de la misma índole que el señor “Lubramovich”.
Todos tenían las mismas características, ropa oscura, caucásicos, ojos claros y algunos con lentes de sol a pesar de que el reloj marcaba algo más de las 19 horas.
Empecé por armar un laberinto en mi mente como el intrépido investigador que algunos llevamos dentro; no podía dejar de imaginar el trayecto del billete desde la imprenta hasta que finalmente reposo en mi bolsillo.
Me intrigaba bastante la procedencia de toda la gente que había recibido el hotel esa tarde, había algo sombrío en las caras de dicho grupo; no dejaba de pensar mal al ver que algunos compartían saludos bastante formales al encontrarse en el lobby.
Así que supuse que solo era una reunión con muchos europeos importantes. ¡Exacto! , era algo tan fuera de lo común que obviamente no me llamo la atención solo a mí, sino también a todos los demás empleados.
Pasó la noche, y en mi descanso de interjornada junto a los otros peones compartí una conversación breve mientras fumaba un cigarrillo.
La persona con la que charle ese rato era un señor de mantenimiento con el que rara vez me había cruzado, creo que su nombre era “Rafael”, todo esto a causa de que no había mucha interacción entre los empleados más allá de lo profesional, simples políticas de la empresa.
Le comente acerca de la gran afluencia de huéspedes extranjeros. Le dije que me parecía bueno para la empresa pero al mismo tiempo que era muy raro.
Llevaba algo de tiempo trabajando y nunca había visto tantas personas con lenguas distintas y rasgos tan parecidos.
_ A lo que el señor Rafael respondió_:
Esta gente viene cada 3 o 4 años muchacho, yo que llevo aquí tanto tiempo como el “Renaissance” te lo puedo asegurar.
Nunca habías visto a este tipo de gente porque probablemente todavía no estabas trabajando aquí cuando se llevó a cabo su última reunión, normalmente reservaban todo el hotel, ni idea que les pudo a haber pasado este año, porque he visto algunos negritos, tú me entiendes.
_ Dijo entre risas mientras soltaba el humo_ luego dejo de hablar y piso el cigarrillo para decirme en un tono muy serio.
Que no se te ocurra estar de curioso con sus actividades.
Esa gente paga mucho dinero para mantener su privacidad, tanto es así que ni yo pregunto por lo que hacen detrás de las puertas del salón principal cuando se encierran, por algo tienen suficiente dinero para traer su propio personal desde donde sea que vienen.
Esa breve conversación ocasiono que naciera aún más curiosidad respecto al tema. No me podía quedar con la incertidumbre de lo que hacían “Kalisher” y todos sus iguales de apariencia vampiresca al confinarse en esas 4 paredes.
Me decidí a investigar por encima que estaba sucediendo a mi alrededor.
Comencé en mi descanso a indagar que pasillos me llevaban hacia el salón principal; por suerte toda la información que necesitaba se encontraba a plena vista en un plano colgado en la cocina del hotel, así que tomé una fotografía rápida del mismo y luego volví a mi turno pretendiendo que no sucedía nada.
Al llegar la hora de salida fui directo del hotel a la pieza donde me estaba quedando, no necesitaba mucho tiempo para dormir, ni siquiera para cambiarme el uniforme.
Apenas me quite la chaqueta que llevaba puesta hace 12 horas empecé a vaciar toda la información que había recolectado en mi libreta; nombres, detalles, marcas, tatuajes, joyería parecida, etc.
Todo significaba algo, esas pistas eran los fragmentos de un secreto que algunos pocos sabían. Me sorprendió desde un principio que todas estas personas con tanto dinero no tenían una locación fija para sus reuniones, una casa en las montañas, una logia, una isla secreta, o cualquier otro lugar por el estilo; lo que me parecía que le quitaba algo de misterio al tema.
Estuve un rato revisando el mapa del hotel de arriba abajo y de esquina a esquina; por suerte el salón principal tenia múltiples entradas, las cuales solo el personal que se regía bajo las ordenes de este grupo tenía acceso _ un inconveniente bastante obvio_ así que me decidí a entrar por los ductos de ventilación, al estilo del típico cliché de los investigadores y espías en televisión, pues era más factible pasar por ahí que arriesgar el cuello husmeando en un evento al que no estaba invitado.
Cerré los ojos, y gracias a mi rutina de sueño polifásico llego el amanecer en un parpadeo, me di una ducha rápida y me acicale lo suficiente para estar presentable.
En cuestión de minutos estuve listo para abrir la puerta y sus 7 seguros, luego bajar las escaleras de incendio por mi miedo a los ascensores y caminar la eterna mañana por las aceras junto a los vendedores de café madrugadores.
Al rato después de la caminata llegue al hotel con tiempo suficiente para repasar el procedimiento que tenía establecido en mi cerebro, y después esperar la hora de entrada.
Empezó el turno de la mañana y atendí a unos poco recién llegados en un breve periodo de tiempo, luego cumplí mi función miscelánea como estatua de lobby hasta que llegó la hora del almuerzo y finalmente pude dedicarme durante los instantes que no se dieran cuenta de mi ausencia.
Tomé mi libreta y saqué mi celular para ver una vez más la ruta que debía seguir. Me adentré a la zona de carga, lugar donde estaba la entrada a la madriguera de conejo conocida como ventilación.
El lugar obviamente era muy oscuro. Posé mi mano sobre el borde del primer tramo y estaba cubierto en su totalidad del hollín y la grasa acumulado en una capa gruesa por no hacerle mantenimiento en tanto tiempo, _ genial_ tomé mi uniforme y lo guarde en una bolsa negra, la cual oculté cerca de la salida para mayor comodidad y me dispuse a entrar al túnel lo más cómodo posible, llevando únicamente mi libreta, un lápiz y mi celular el cual contaba con una linterna, la cual era uno de sus Gadgets, que nunca imagine que usaría para un propósito serio.
Me adentre en la hilera de túneles de ventilación y lo único que sonaba en mi cabeza era el pensamiento recurrente de “Que carajos estoy haciendo con mi vida”; me importaba una sola cosa en ese momento, ver si las rejillas de ventilación servían como sitio estratégico para la investigación.
¡¡¡En efecto sí!!! Las rejillas me otorgaban una visión perfecta desde todas las perspectivas del salón principal, algo irreal y casi absurdamente predestinado; lo que me dejaba un mal presentimiento por la facilidad con la que se había dado todo mi plan.
Había algo que debía estar mal... pero no le hice demasiado caso a mi intuición en esta oportunidad, estaba pensando demasiado debido a la ansiedad que me causaba todo esto. Así que me conforme con ello, y me hice la idea de que todo estaría bien como para irme satisfecho hasta el siguiente turno.
En seguida que salí del túnel me limpie lo más que pude y me coloque mi uniforme de nuevo. Pude avistar al otro extremo del pasillo de servicio como el personal que habían traído estos vampiros cargaba todo lo necesario para el montaje de lo que probablemente era una parafernalia, me oculte detrás de un contenedor de basura rápidamente mientras terminaban y luego volví con toda la normalidad a mi puesto.
Llegué nuevamente a la entrada del “Renaissance”. En ese instante me coloque en mi lugar y se acercó hacia mí el portero _ el cual contaba con una cara de pocos amigos_ y me levanto la voz alegando que tenía 15 minutos de retraso y mucho trabajo por hacer.
Era toda una exageración, si tenía algunos minutos de retraso pero no había ni maletas pendientes, ni recién llegados a las afueras del hotel; quizás el pobre hombre solo quería descargar su ira conmigo _ para mi mala suerte_.
Afortunadamente llego una ola de gente que hizo de mis 3 horas de turno algo fugaz, ya que no dejaba mi ansiedad de lado pues quería seguir investigando lo que sucedía en el salón principal.
Paso ese turno y vino mi segundo descanso antes del siguiente, el trabajo de botones era 24 x 48, tal y como un guardia de seguridad.
Fumé un cigarrillo como acostumbraba y saque mi libreta para leer y anotar algunas de mis hipótesis recientes; trate toda esta investigación improvisada con una seriedad inexplicable, de verdad hubo algo en mí que no me dejaba dormir sin saber que sucedería ahí.
Cerré los ojos para tomar mi siesta rutinaria de 20 minutos para descansar un poco, algo que fue contraproducente.
Los sucesos recientes me tenían tan atormentado que me provocaron pesadillas donde me abducían unos aliens concebidos de la imaginación de “H.G Wells”; un sueño tan realista y tan perturbador que no alcanzo a describir sin titubear.
La pesadilla me despertó bruscamente, haciéndome caer de la silla donde descansaba y me dejo con unas horas libres donde trate de ver que provecho les sacaba; así que caminé por el hotel y los pasillos contiguos al salón principal errando como un espanto a ver que veía de nuevo por ahí.
Paso el tiempo y todo estaba como lo esperaba, no había nada fuera de lo común, a excepción de los vigilantes en las puertas del salón; tenían la apariencia estereotípica de los guardaespaldas de cualquier película en la que nombren a Bratislava u otro país de Europa oriental por casualidad.
La ropa negra y el mismo ceño fruncido que acostumbraba a ver en el portero eran parte de su descripción más precisa; me la iba a ver con ellos y todos los de su raza en caso de que me pescaran en algo raro cerca del evento.
En fin, concluí con mi paseo y me senté en el vestíbulo mientras acompañaba a las pocas personas que estaban en el lobby esperando a irse; ya eran las 4 am y mi turno estaba por acabarse, hoy era el evento y yo tenía ese día libre, el mismo día que utilizaba únicamente para dormir.
Decidí no ir a mi residencia, me quede en la sala de descanso del personal hasta que se hizo la hora del almuerzo, comí con bastante tranquilidad pues tenía la esperanza que todo iba a salir bien y esperé a que la logística se pusiera en marcha.
Una vez toda listo, me acerque al lobby para ver como bajaban los huéspedes de sus suites al evento. La misma gente de apariencia vampiresca que había visto hace dos días se organizó en una gran multitud e ingreso de manera ordenada por el punto de control, donde estaban los mismos tipos que había visto en la madrugada con una par de tabletas, comprobando la identidad de cada quien por medio de gafetes y pasaportes en la entrada del salón.
Había llegado la hora, me dirigí rápidamente al pasillo donde se encontraba la entrada al túnel de ventilación y esta vez ingrese sin vacilar, arroje mi mochila primero y luego ingrese yo, con la intención de tener más espacio y movilizarme cómodamente.
Recorrí todo el tramo que iba desde el lado del hotel donde me ubicaba hasta el salón principal, unos 40 metros, los cuales en ese espacio tan reducido se multiplicaban.
Llegué a la rendija que me propiciaba la mejor vista, y todo lucia bastante normal, era un evento aparentemente sencillo, donde había algunas compañías pomposas buscando inversionistas y otras más pomposas ofreciendo sus servicios.
Reconocí en seguida a este individuo. “Kalisher” .
Se encontraba rodeado de gente como si fuera el pastor de una secta a punto de decir algo que se transmitirá por al menos 2000 años, saludaba, daba besos, estrechaba algunas manos y por supuesto, todo eso rodeado de algunos guardias personales.
Ingreso a la sala de conferencias del salón y se postro en la tarima con el rayo del video-bean dibujando algunos Girasoles e iconos de acceso directo _ supongo que eran el fondo de escritorio del portador de la PC_ en su traje blanco.
Apenas lo podía ver de reojo desde donde me encontraba, así que me tuve que mover hacia un sitio donde se pudiera apreciar mejor la información de la exposición...
Comenzó la exposición y me inquietó todo lo que paso por mis ojos. “Kalisher” hablaba en inglés, pero por suerte pude entender la mayoría de lo que dijo, hizo una breve introducción sobre un tema bastante pertinente al nivel mundial, “la mano de obra barata”.
Habló acerca de las crisis inflacionarias que provocaban la distorsión de las economía en países como lo son “Venezuela”, “Nicaragua”, “siria”, “la india” y áfrica en general; lo que hacía que sus monedas nacionales se transformaran en símbolos “patrióticos”, los cuales no tenían un valor nada cercano al Dólar, libra, euro, yuan, etc.
Por lo que contratando a personas que hicieran las mismas tareas en países como Venezuela o la india, el empresario transnacional estaría ahorrándose mucho dinero, dinero que se podría invertir en el proyecto de “Kalisher”.
El proyecto, según todas las diapositivas y la explicación del simio vestido de blanco, consistía en contratar profesionales de la internet, publicistas y psicólogos para desarrollar una forma de controlar al usuario que todos los días utiliza algún aparato tecnológico o de comunicación, para que de esa manera trabaje para las diferentes empresas que financian este proyecto, haciéndoles publicidad, y obligándolos a ver anuncios por una limosna, y luego ingresen a un tercero con un código personal al ver que eso los ayudaría a escalar en la cadena; básicamente consumiendo y propagando su basura.
Lo que resaltaba “Lubramovich” hasta en la última silaba de la explicación de su sistema es que todos importaban; hasta el más mínimo usuario generaba un dividendo que era esencial para el proyecto, pues significaba un margen potencial de repercusión y todo ello contribuía a que la red se fortaleciera.
Al parecer era una pirámide...
El hijo bastardo de los economistas "Revolucionarios"del siglo XX volvió a cobrar vida de la peor manera, lavándole el cerebro a todo el mundo con páginas de internet que te fijan una meta para que la alcances a pasos microscópicos, y aun “kalisher” alegaba:
Véanlo así queridos amigos, ustedes no pierden nada, solo acumulan "empleados" que no tienen derecho a reclamarles si algo les sucede.
Termino la presentación y se hizo un brindis, inaugurando una celebración de una magnitud que no había visto antes, comida por montones, descorche de botellas espumantes cada minuto y un sinfín de otras excentricidades.
¿Y qué le deparaba al pobre Agustín Oropeza?
Bueno me quede el resto de la noche moviéndome entre los túneles y vigilando por si llegaba a suceder algo raro.
Al rato no lo soporte más y decidí salir del túnel bastante decepcionado, pues me había desvelado para descubrir a un “Robert Kiyosaki” Ruso, lo que ya había visto varias veces en ofertas de trabajo de compañías piramidales locales _ Las detesto a todas, las quemaría si pudiera_.
Me dirigí al tramo principal del túnel para salir; un rayo de luz me indicaba que la boca estaba cerca.
La claridad toco mi mano y al empujar mi mochila veo que hay un par de tipos esperándome; _ como lo imaginé_ los guardias de seguridad del evento se dieron cuenta de mi presencia de alguna manera _ MALDITA SEA_.
Salí del túnel mientras me apuntaban con sus armas y enseguida que me trataron de poner las manos encima trate de escabullirme. Pero para mí mala suerte no era nada ágil, lo que les favoreció a que me llevaran esposado sin excusas válidas para esa situación.
Entramos por un pasillo que por lo visto llevaba al salón principal o un cuarto aledaño, recuerdo que me dieron un golpe en la nuca con la cacha de una pistola y quede inconsciente en ese instante, y después desperté amarrado a una silla metal en un cuarto con muy poca luz al menos unas 2 horas más tarde.
"Maldita sea... En qué problema me metí, esto me pasó por estar buscando lo que no se me perdió", eran las palabras que no dejaba de repetir en mi mente mientras me agitaba en la silla atado de manos y pies, frente a un espejo y un mueble cubierto por un trapo.
Escuché una voz familiar desde un altavoz en la oscuridad, diciéndome:
Eres bastante intrépido hijo; en mi país matan a los curiosos dejándolos irreconocibles.
Los oficiales de policía e investigadores ven lo mal que quedaron y si no tienen documentos los echan a una fosa común como simples perros para no darse mala vida.
En este caso podríamos hacer lo mismo contigo hijo, tu país tiene la mala fama de ser zona roja; pero... yo no soy un asesino, soy un empresario y científico así que te ofreceré algunas ofertas que no podrás rechazar
Ya había escuchado esa voz antes... se escuchaba como Kalisher Lubramovich, el mismo hombre del que había sospechado desde un principio y que luego vi en la tarima de ese evento explicando sus actividades económicas.
Cuando dejó de hablar por un minuto se encendió una pantalla encima del espejo, la misma tenía un vídeo en pausa, dividido en 8 partes iguales donde aparecían habitaciones con nombres de algunas urbes de Latino-américa.
“Caracas”, “Punta Arena”, “Montevideo”, y “Lima” son algunas de las que puedo recordar.
Antes de que se empezaran a reproducir los vídeos se abrió una puerta. La luz pasó primero, dejándome ver un brazo cubierto por una bata de laboratorio y luego a un hombre con una máscara de gas.
Se acercó a mí el tipo vestido de blanco y se quitó enfrente de mí la careta que lo protegía; tenía el rostro inmaculado, excepto por una cicatriz que cruzaba su ojo izquierdo desde la frente hasta el parpado inferior, no menciono una sola palabra desde que entro, hasta que me dijo:
Ustedes los jóvenes no saben nada de la vida, si uno les da un billete es para que no hagan preguntas y no se metan en nuestros asuntos.
¿De verdad creías que nadie te veía?
Te habíamos estado vigilando desde que notamos que no duermes en lapsos de tiempo normales y bueno no vinimos aquí por ti, pero fuiste un hallazgo excepcional y probablemente serás un gran avance para mi investigación
Me quede helado después de esa revelación y mantuve mi silencio, hasta que se empezó a reproducir el vídeo de la pantalla que estaba en pausa.
Todo el video estaba dividido en lo que yo considere ciertas fases, donde la primera fue ver a un grupo de muchachos sentados frente a sus computadoras como si los viera a ustedes que leen esto en una “video-llamada de skype”.
Luego el reloj se adelantaba unas 12 horas mientras se veía a los mismos muchachos estáticos haciendo click a algún tipo de propaganda; instantáneamente después de las 12 horas salían de ese especie de trance y entraban en la fase donde ya eran independientes una vez más, dedicándose unas 4 horas a las actividades que decidieran y luego a dormir por unas 6 o 7 horas.
Los títeres accedían al fuego luego del reposo. Otra vez comenzaba la rutina frente sus computadoras para seguir haciendo "click" por 12 horas más, y el proceso se repetía una vez y otra vez hasta que el vídeo finalizo.
Todo ello duró 50 minutos, y el lapso de tiempo que estuvieron esos chicos fue una quincena tal vez unos días más. Al acabar se colocó en pausa el vídeo y se podía ver las miradas vacías de los chicos sentados en frente a las pantallas de sus computadoras, como si no tuvieran alma, o como si tuvieran un interruptor y alguien los controlara.
En ese instante el hombre que yo suponía que era Lubramovich me explico el panorama de la situación.
Señor Oropeza, ¿Qué tal le ha parecido el video de nuestros experimentos en Latinoamérica? Verdad que es interesante como esos jóvenes trabajan tanto para nosotros sin descanso alguno, ¿sabe cómo lo logramos?
Solo alcance a decir dentro de mi silencio:
Pues... no
Y el enfatizó:
Apuesto a que puede adivinar con bastante facilidad, la gente de su edad es muy inteligente a pesar de todas las distracciones que tienen hoy en día.
Yo le respondí:
¿Lavado de cerebro?
Y él me dijo:
Pues tiene razón en parte, ya que es algo parecido hijo.
Nuestro proyecto se titula “M-K-OMEGA” y básicamente los que nos financian apoyan estos métodos, porque siempre se puede tener más control y ser más multimillonarios; si se controla a la mano de obra imagina las posibilidades.
Además hemos tenido la suerte de poder controlar a algunos de nuestros inversionistas, lo suficiente como para tomar decisiones sobre crisis sociales que se viven al nivel mundial.
A diferencia del "M-K-ULTRA" ,que ya es bastante conocido.
Esta es la meta que persigue el “M-K-Ω”
¿Estás listo para escucharla?
¡¡¡Pues controlarlos con estímulos pasivos sin que ustedes se den cuenta, mientras trabajan y nos hacen crecer, hasta que mueren.!!!
En ese momento bajo un poco su tono de voz y me habló como si fuera otra persona:
Eres un caso bastante especial hijo, debido a tu sueño polifásico puede que tengas más resistencia, ¡y por eso nos interesa un individuo como tú!
A continuación vamos a proceder a hacerte una limpieza neuronal, algo parecido a una resonancia magnética pero un poco más invasiva, mientras tanto te vamos a colocar una cinta de mis favoritas para que te entretengas un rato.
Luego te podrás ir como si no hubiera pasado nada; no sentirás nada, no recordaras nada, y todo quedara como si nunca nos hubieras conocido.
Se colocó unos guantes y me calzo unos electrodos en la cien mientras me decía de manera burlona:
Por cierto mi verdadero nombre no es Kalisher Lubramovich; ese es más como mi pseudónimo, un nombre artístico, lo utilizo para eventos, reuniones, captación de inversionistas, tu entiendes, tengo que mantener el personaje.
En la comunidad científica me conocen como “Vlad Arichov”, si llegas a recordar esto búscame en internet, debería ser bastante famoso a esas alturas
Gritando todo eso mientras reía como un niño
Después de ese intento de conversación tan atemorizante para mí y rutinaria para ese bastardo, me calzo unas pinzas para sostener los parpados; no creo que había la posibilidad de que nadie me escuchara, así que no necesito amordazarme.
Colocó el vídeo que me mencionó; trataba sobre casi todos los temas existentes, y se repitió una y otra vez, y otra vez, y otra vez. Mientras veía la pantalla crecía esa eterna sensación de que mis ojos se quemaban.
"Arichov"me hidrataba los ojos cada cierto tiempo con un colirio que también quemaba, pero me proporcionaba alivio hasta que mis ojos se volvieron de vidrio...
Recuerdo que salí con total normalidad del hotel “Renaissance” después de ese suceso, tenía todas mis pertenencias, incluso mi celular, que era prácticamente mi única herramienta; pero faltaba algo que era crucial para mí...
Mi libreta era lo único que faltaba, el registro que guardaba mis pequeños pasos había desaparecido.
Me sentía un muerto en vida y un desentendido de todo. Saliendo de ahí llegué a mi pieza con bastante tranquilidad a dormir todo lo que mi cuerpo me permitió, rompiendo en parte mi rutina de sueño polifásico.
Después de despertar fue casi instantáneo, vino una imagen a mi mente con instrucciones acerca de ingresar en una página llamada “OMEGA-MOONSOON” y enseguida que ingresé me di cuenta que...
Ya tenía una cuenta creada.
Los campos de información personal no contaban disponibilidad para edición y había algo que me hacía seguir las directrices que llegaban a mi mente.
Luego de ello, me hicieron verificar mi identidad o que no era un robot, mediante un clásico “captcha” y una vídeo-llamada; supongo que en este punto ya estaba del mismo lado que los chicos que vi desde la silla de metal.
Todo pasó con total normalidad desde ese día hasta hoy. Seguí en mi trabajo de botones y cuando llegaba a mi pieza no dormía, sentía que estaba en un estado de trance toda la noche o todo el rato que estuviera libre hasta que ya no podía más.
Un día simplemente desperté, y por un impulso revise la galería de fotos de mi teléfono, me vi en una foto en el hotel hace un año; me veía más joven y no tan demacrado como estoy hoy.
En ese preciso momento recordé todo lo que les estoy contando en este momento, y simplemente no lo podía creer, me siento como un maldito artefacto, no me siento dueño de mi voluntad, me siento menos humano que antes; estoy bajo un contrato que firme por mi curiosidad, y no tengo derecho a reclamar nada tal y como dijo ese maldito de bata blanca.
Decidí tratar de eliminar la cuenta de “OMEGA-MOONSOON”; pero por alguna razón la página no me dejaba escapar de ella.
Establecí una rutina para cronometrar mi sueño. Cuando me tocaba dormir colocaba una alarma que me despertaba a mitad del proceso y así evitar levantarme a la hora que mi cerebro estaba programado para entrar en el trance; y funciono por un rato, hasta que me empezaron a hacer seguimiento.
Llevaba días viendo una camioneta enfrente del hotel, y a veces pasaban preguntando por mí en recepción cuando descansaba, probablemente eran unos secuaces de "Kalisher", el "Doctor Vlad" o como lo quieran llamar, lo que me hizo pensar que había una pesquisa con mi nombre de título.
Por eso decidí dejar aunque sea un registro, grabé estos audios y vídeos contando mi historia para que la gente sepa que no está segura y que hay que evitar que tipos como estos nos roben nuestro sueño, y lo más importante, nuestra vida y felicidad...
Pero ya no hay chance para mí; probablemente me encontraran en los próximos dias u horas, y ya estaré muerto cuando ustedes que están al otro lado de la pantalla vean mis videos o lean mis palabras.
Espero que alguien se interese por esto, y no lo dejen pasar por alto como a una teoría conspiratoria que podrían leer en algún libro de “Dan Brown”, el mal existe y a veces es tan obvio que aparece en frente de nosotros y no lo reconocemos.
Puede tener cara de político o pastor, tendrá el don orador y planifica muy bien sus movimientos aunque no lo parezca.
Dejare esto con alguien de confianza que sabrá qué hacer con ello. En el “DVD” esta toda mi investigación.
Se despide de ustedes Agustín Alfonzo Oropeza Báez, un curioso más.
Lombardo, ingresa en el registro del seguro social y escribe el número de identificación de este muchacho, nada más por mera curiosidad a ver que aparece.
_ Dijo Martínez_
Luego se pausó el vídeo y dejo un menú con algunas “Notas de textos"del autor, algo que no sorprendió a los detectives después de escuchar una historia casi inverosímil.
”
Si en efecto, el muchacho esta o estaba residenciado en esta misma ciudad y todo.
Mira, la cosa como que no es juego tigre; a este muchacho lo encontraron ahorcado en un parque la semana pasada; la prensa afirma que le mutilaron la boca y le sacaron la lengua, ¿Que descripción tan gráfica verdad? Esto huele bastante mal mac, no sé si deberíamos echarle un ojo...
_ Respondió Lombardo, el cual no dejaba de hablar rápido_
Si, bueno. Pero primero vamos por un café a la panadería que me muero del sueño.
El que compramos se terminó esta mañana.
_ Sugirió Martínez después de ver todo el caso_
_ Lombardo se levantó de la silla y le dijo a Martínez entre risas_
Mira, ¿esta consiente de que si esto es verdad nos pueden joder?
Si...
Pero bueno, vamos primero por el café Sherlock
_ Dijo Martínez cerrando la puerta de la oficina_
