El bosque de Helen

Tarde fría, gigantes montañas ocultando la ciudad, el sollozar de aquella dama de cabellera rojiza, que se encontraba en los pinos más cercanos con su vestido blanco hecho trizas y maquillaje corrido, apenas tenía aliento para llorar fijaba sus ojos verde oliva al profundo vacío, anhelando libertad. En cuanto me ve como un pequeño conejo, corre y se esconde en un pequeño lago, aunque no era un buen escondite que digamos…

…Le preguntó ¿Cómo te llamas? responde mientras secaba su rostro con harapos ¡Me llamo Helen! Un gusto, disculpa mi atrevimiento, pero ¿Qué te ha sucedido? Se corta su tierna voz y se inundan sus ojos en lágrimas ¡He escapado! ¿De quién? ¡De él! Voltea y apunta a una lejana casa vieja, en donde había una mujer de mirada agresiva con la fama de ser asocial. ¿Cuánto tiempo tenías allí? ¡Lo suficiente para olvidar de dónde vengo!

Tomo una manta, la pongo en su regazo, sonríe y dice ¡Gracias nadie había sido tan atento conmigo en mucho tiempo! En el momento, en que Helen se frota sus ojos se da cuenta que, siempre estuvo sola, nadie se había acercado en el bosque, eran los efectos de la droga que hicieron de las suyas.

Un tanto loca y con alucinógenos eran sus fieles acompañantes esa casa lúgubre que le causaba tanto terror a Helen no más era un centro de rehabilitación en Colorado, vivía por más de 3 años. Sus harapos fueron hechos de largos tropiezos con espinas de la cerca en el patio trasero ¡Ella huía! No estaba rehabilitada por su adicción a las drogas pues… ¡La obligaban! 5 años atrás sus padres adinerados y controladores encerraron a Helen en una habitación su aperitivo principal yacían los calmantes.

Su esposo “Josh” había muerto, en un atroz accidente cerca de su antiguo hogar por lo que Helen cayó en depresión; En definitiva terminó en el centro de rehabilitación aún más sola que antes. Lo único que la confortaba fue una carta de Josh con una posdata “¡Ve donde el frío, haga de tus tristezas un copo de nieve!”

Todo este tiempo, en su pequeña habitación rodeada de retratos bailaba y miraba a lo lejos el bosque, anhelando conseguirse allí a su querido Josh. Tomó la decisión de no tomar los calmantes y los ocultaba en su cojín de flores amarillas fijó un horario, entre las 5:00 pm y las 6:00 pm en el que terminaba el turno de las enfermeras y la puerta trasera, por fin era abierta, arregló su vestido blanco de manera que fuera como su gemela Rubí, soltó su cabello y salió lo más rápido que pudo.

Desorientada corrió al bosque, en el que solía sentarse con Josh y admirar el paisaje, Helen por fin respiró,lloró en libertad. Miraba de un lado a otro hasta ver a “Josh” tomó la manta se acostó, en las ramas y finalmente, murió de hipotermia, al siguiente día, luego de una larga búsqueda encontraron su cuerpo tapado de nieve, sus ojos abiertos brillantes como una esmeralda, labios rojos, Helen por fin volvió a ser feliz…

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