¿Algunas vez te has llegado a preguntar que es el sufrimiento? como muchos, también he sido parte de esa mayoría que nunca se lo preguntaba. Daba por hecho que el sufrimiento simplemente existía, una situación irritante que debía estar presente para mostrarnos la cara dolorosa de la vida.
Con el pasar de los años y todo el cúmulo de experiencias vividas, he ido edificando muchos aspectos de mi vida, dando fruto a una mirada más unida, más espiritual y en general, dándole un vuelco revolucionario a todo mi ser. Con toda esta revolución espiritual, por así decirlo, me llego el tema del sufrimiento. ¿Porque sufrimos si la vida es tan bella?¿Cual es su razón de ser?, así que quiero compartir con ustedes un poco sobre lo que he llegado a concluir sobre este desagradable sentimiento o más bien, ese sentimiento que elegimos tener.
¿Por qué sufrimos si el dolor no es más que dolor? Para responder esta pregunta es necesario aclarar que es él dolor. El dolor no es más que una percepción sensorial, una descarga espontánea que nos llega de súbito, ya sea por una situación intensa y repulsiva que da contacto con alguna zona de nuestro cuerpo o bien sea por un sentimiento penetrante, como la tristeza, la pena o angustia. Ahora si, porque no podemos simplemente decir que es lo mismo esto que aquello... Pues porque no lo es en absoluto.
El sufrimiento, eso que tanto queremos evitar, pero que irónicamente somos los que decidimos traerlo a nuestras vidas, surge de aferrarnos al dolor, de no ver la irrealidad en si misma del sufrimiento. Para muchos puede parecer soñador decir que no estamos creados para sufrir, que lo único para lo que estamos hechos es para sentirnos bien, pero aunque no lo crean, es así, nosotros somos los que queremos sufrir, queremos sentirnos mal y eso nos gusta, no somos capaces de solo limitarnos a ser testigos silenciosos del dolor que se produce en el instante, sin tratar de evitarlo, solo permanecer ahí con las sensaciones sin juzgar; pero por el contrario nos encanta pensar, juzgar y vivir en ese ritmo de no conciencia ni contemplación.
Si no estas de acuerdo con lo que digo, piensa en esto. Un día cualquiera te pasa algo que te causa un profundo dolor, tienes las sensaciones físicas comunes como: dolor en el pecho, una sensación de fuego que se vuelve insoportable, la cabeza empieza a dar golpes y golpes y lo único que te limitas a hacer en ese instante es decir “esto no debería ser, yo no debería estar pasando por esto”, si prestas atención, en el momento en que traes esta frase a tu mente, ya has comenzado a escapar del dolor, lo quieres evitar, haces todo por alejarte y es normal, pues nos han enseñado a evitarlo por medio del placer, así que buscamos inmediatamente una distracción, pero en todo ese vaivén de no querer estar presente en ese momento, estas cerrando la posibilidad de que fluya y se libere. Es ahí donde da lugar al sufrimiento, pues no se crea solo, como dice Deepak Chopra, “hace falta un esfuerzo de la mente para crear su sufrimiento”, y acaso, ¿no es cierto esto?
Constantemente queremos huir de lo que la vida nos ofrece, nos causa temor enfrentar la situación tal cual es y si seguimos así, escapar y escapar, no tenemos la posibilidad de aprender y evolucionar, y de ese modo seguiremos sufriendo. Debemos experimentar cada sensación directamente sin interferir, solo estar, ser uno con cada circunstancia y así poder tener una postura comprensiva y dar la oportunidad de que todo fluya en el ritmo que debe ir.
Así que... “¿Afrontamos directamente el desastre y hacemos de él nuestra práctica, o huimos una vez más, sin haber aprendido nada y agravando las dificultades?” - Charlotte Joko Beck.
