¡Hola de nuevo Steemers, hace tiempo que no nos leíamos! Voy a contarles en resumidas cuentas -y con fotos geniales- sobre mi nueva aventura (que no pudo haber sido posible sin el apoyo de Steemit, y desde luego, la comunidad de Cervantes.)
Todo se remonta al año 1996 cuando nací en Venezuela... No, es broma. Pero ustedes conocen bien la situación de mi país, y las consecuencias de ésta crisis ecónmica, como a miles de personas, nos llevaron a emigrar. Aunque muchos encuentran un sólido apoyo en Steemit para sobrellevar dicha crisis, yo decidí invertir mis ganancias en emigrar a un país donde pueda terminar mis estudios universitarios, cosa que se me hizo imposible en Venezuela.
Entonces todo comenzó a principios de año cuando decidí que me mudaba a Buenos Aires para estudiar en la UBA. Contrario a lo que parece, no fue una decisión sencilla por varios motivos personales, pero a lo hecho pecho. Entonces comencé a investigar, a tramitar los documentos que necesitaba, y a buscar otras formas de hacer dinero en línea para poder pagar el viaje (lo cual fue un intento fallido porque el internet se cae todo el tiempo y la electricidad de va a menudo). Luego de exactamente 4 -largos, muy largos- meses, ya estaba en Medellín en el departamento de mi hermana
El 28 de mayo salió mi vuelo Medellín-Lima con escala en Bogotá sin ningún inconveniente
Ése mismo día después de recoger el equipaje y sellar el pasaporte en Lima, me dirigí a las taquillas de Avianca para hacer el Check-in y para mi sorpresa... ¡Me comunicaron que mi vuelo con destino a Montevideo había sido CANCELADO! No me dieron una razón específica, pero supongo que no se vendieron suficientes boletos. Así que me ofrecieron un vuelo que llegaba al otro día en la tarde, pero perdería la reserva del ferry que me llevaría de Uruguay a Buenos Aires. Así que les propuse que me asignaran un puesto en un vuelo directamente a Buenos Aires, sin importar la fecha, ya que además ellos cubrirían el hospedaje, el transporte y las comidas.
Esa noche dormí en el Melia Lima
Y al día siguiente, al rededor de las 11 de la mañana ya estaba abordando el avión con destino final Buenos Aires. Y yo sé que las fotos desde la ventanilla del avión están trilladas, pero no pude evitar enamorarme de los paisajes que presencié durante esas 4 horas de vuelo.
Finalmente, al llegar al aeropuerto de Ezeiza en Buenos aires fui al banco a cambiar dólares por pesos argentinos, y mientras esperaba en la cola conocí a un chico que venía en el mismo vuelo de Avianca, y que por fortuna se dirigía a la misma zona a la que yo iba, así que cuando se ofreció a compartir su taxi conmigo no pude negarme (el aeropuero queda muy lejos de la ciudad).