El otro lado del pasillo - Mensaje diario de 5 minutos


Runnyrem - Unsplash

Vivía en modo automático y no miraba a los lados, a menos que fuera a cruzar la calle, y sin embargo, en esos pequeños momentos solo procesaba la posibilidad de pasar sin ser arrollada.

Si me preguntaban cuantos autos venían o de qué color eran, no hubiese sido capaz de responder.

Y así como eso, pasaba con todo realmente. Al llegar a casa me dirigía al ascensor, marcaba el número 13 y me bajaba sin cruzar palabras o detallar algo en particular. Siempre iba con la llave preparada en la mano, para entrar apenas llegaba a mi destino.

Pero ese día, un leve ruido en el lado opuesto del pasillo, me sacó de mi rutina. No lograba determinar de qué se trataba, ni tampoco ver qué era lo que lo producía, así que con la llave en la mano, justo como la preparaba para abrir de inmediato, me acerqué hacia donde se escuchaba el sonido.

En ese preciso momento, me di cuenta que ni siquiera conocía las puertas de los apartamentos vecinos, ni las suculentas que tenía una vecina en una mesita cerca de su puerta.

Pensé por primera vez, que ando por la vida en modo automático, y en cuánto habré perdido por no prestar atención a los detalles.

El sonido se hizo más fuerte a medida que mis pasos me llevaban hacia él. Una mujer menuda se encontraba en el piso, sollozando y con la ropa desgarrada. Apenas me acerqué me miró con los ojos muy abiertos, como si quisiera decirme algo que no entendería con tan solo ver lo que ocurría.

Un paso más y un golpe seco me tendió en el piso. Luego de ello no me acuerdo de nada más. Al recuperar la consciencia, la policía intentaba hacerme recordar lo sucedido, mientras un dolor en mi costado me hacía llorar de la desesperación.

Gracias a la ayuda de una enfermera, que se acercó para pedirle a los policías que me dieran un poco de espacio, me di cuenta de donde estaba: era un hospital.

Luego de tomar mi presión y aplicar un analgésico al suero que tenía conectado en mi brazo, me narró lo poco que sabía de mi llegada ahí. Un auto a gran velocidad me dejó tirada en la entrada de la emergencia, con una herida en el costado y una hemorragia muy fuerte. Cuando me atendieron, vieron que me faltaba un riñón!

Quizás mi modo de vida no era tan malo después de todo, la curiosidad por saber lo que ocurría en el lado opuesto del pasillo, casi me llega a costar la vida misma.

Foto/Photo by: runnyrem Unsplash
Edición /edited by: @mamaemigrante

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
20 Comments
Ecency