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Los humanos, aunque clasificados como animales, somos seres sociales. De hecho, es una de las cualidades más marcadas que pueden destacar la humanidad. En el útero de nuestra madre ya ejercemos una comunicación con ella, y el entorno también inicia una comunicación con esa pequeña y cálida bolsita donde estamos resguardados por nueve meses desde el momento de la concepción. Así, una de las pocas cosas que permanecen con nosotros durante toda nuestra estancia es ello, la comunicación y el lenguaje.
Ahora bien, aunque la comunicación comienza de manera interna durante el desarrollo, con el tiempo ejercemos mayor fluidez sobre ella y la utilizamos como medio primordial para vivir. De esa manera se inicia un lenguaje con quienes son más cercanos y con el tiempo extendemos nuestra comunicación a personas iguales a nosotros. De allí inician las amistades.
Las amistades, aunque existen de diferentes tipos, son algo esencial en el recorrido por este mundo. Siempre existe la amistad íntima que le cuentas todo sobre la vida personal sin retraerse. También existe la amistad con quien saldrías para cualquier lado y sabes que cualquier cosa que le propongas esa persona estará disponible. Existen las amistades para reunirse a ver pelis, el partido de fútbol, videos entre otros. Existen las amistades con las que cuentas para ocasiones serias como bodas, bautizos, hospitales o funerales.
Son variadas, y aunque algunas se frecuentan más, no existe mejor ni peor, simplemente todas y cada una forman parte de nuestra historia, y cada una también nos regalan enseñanzas en cada compartir.
¡Saludos!