Saludos a tod@s mis lectores.
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La referencia anterior trataba de un concurso, donde teníamos que hablar sobre: Mi poema venezolano favorito.
Monumento a la loca Luz Caraballo, ubicado en Apartaderos, Estado Mérida, Venezuela.
FUENTE:
Les cuento, porqué es mi poema favorito; primero que todo deben saber que mi nombre de pila es Luz, así que, mi abuelita, cuando Yo era pequeña, hacía referencia al poema, debido a mi nombre, pero, solo con las primeras palabras, así que a mí se me quedó grabado fueron solo esas pocas palabras… *De Chachopo a Partadero camina…”, y hasta allí lo dejaba.
Con el pasar del tiempo, me caso, tengo a mi primera hija a la que llamé Blanca Luzero. Estando muy pequeña nos damos cuenta que la niña es muy inteligente, así que, a los 3 años, ya sabiendo leer, escribir y a punto de entrar a estudiar primer grado, el papá para jugarnos una broma, a ambas por nuestros nombres, a mi sobre todo, por el título que lleva el Poema; se la sienta en las piernas y se lo recita; y dice así:
PALABREO DE LA LOCA LUZ CARABALLO
Poeta: Andrés Eloy Blanco
De Chachopo a Apartaderos
camina Luz Caraballo,
con violetitas de mayo,
con carneritos de enero,
inviernos del ventisquero,
farallón de los veranos,
con fríos cordilleranos,
entre riscos y ajetreos,
se te van poniendo feos,
los deditos de tus manos.
La cumbre te circunscribe,
al solo aliento del nombre,
lo que te queda del hombre,
que quien sabe donde vive,
Cinco años que no te escribe,
Diez años que no lo ves,
y entre golpes y traspiés,
persiguiendo tus ovejos,
se te van poniendo viejos,
los deditos de tus pies.
El hambre lleva en sus cachos,
algodón de sus corderos,
tu ilusión cuenta sombreros,
mientras tú cuentas muchachos,
una hembra y cuatro machos,
subida, bajada y brinco,
y cuando pide tu ahínco,
frailejón para olvidarte,
la angustia se te reparte,
uno, dos, tres, cuatro, cinco.
Tu hija está en un serrallo,
dos hijos se te murieron,
los otros dos se te fueron,
detrás de un hombre a caballo,
La Loca Luz Caraballo,
dice el decreto del juez,
porque te encontró una vez,
sin hijos y sin carneros,
contandito los Luceros,
seis, siete, ocho, nueve, diez.
FUENTE:
La historia no queda allí. Al poco tiempo, como ya dije, la niña entra a estudiar primer grado acabando de cumplir los cuatro años, cuando se repente me llaman a la escuela para pedirme permiso para que Luzero participara en una actividad sobre el Día del Libro, diciéndome estas palabras: “porque la niña nos impresionó de lo bien que se sabe el poema de la Loca Luz Caraballo y queremos que participe en una actividad”; quedando así para mis recuerdos plasmado en video, una de esas presentaciones que hizo siendo tan pequeña.
A continuación, el video de una de sus presentaciones recitando la poesía.
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