El amor: ¿que supone para nosotros el amor?, es una palabra de tan solo cuatro letras, pero que abarca millones de sentimientos, emociones, alegrías, tristezas, lágrimas, despedidas... podemos encontrar el amor en distintos lugares, podemos amar un deporte, un objeto, una persona..., pero realmente qué es el amor y que supone este.
Como todos sabemos, el amor hacia una madre o hacia un padre es insustituible, incluso cuando alguno de estos nos fallan, nos abandonan o nos engañan, nuestro amor por ellos nunca se va a ir, por que, aunque muchas veces el amor traiga mas duelos y daños que alegrías, no es algo que podamos decidir, vive dentro de nosotros y es muy difícil, incluso me atrevería a decir que imposible el hecho de eliminarlo.
Podemos crear una coraza, una pared de hierro, metal, aluminio y cobre que cubra nuestro corazón cuando decidimos no querer a alguien, podemos negar y hacernos creer a nosotros mismos que ese amor se ha marchado, pero, seamos realistas, nos duele el alma pensar todo lo que queremos a una persona, y que por diversas causas o hechos, no podamos seguir demostrando todo ese amor.
Cuando amamos un deporte, y por un motivo u otro no podemos continuar con este, entramos en un estado de angustia, ansiedad y tristeza del que es muy difícil salir, el hecho de tener que aceptar que fue y que ya no será, nos parte el alma por dentro. El querer continuar con aquello que tan feliz te hacía, con eso que te sacaba del fondo de tus tristezas y te ayudaba a levantarte cada mañana para enfrentarte a la vida una vez más, y no poder hacerlo, nos ahoga en un mar de recuerdos y momentos que nos acompañan para siempre.
Hay amores que duelen más que otros, ¿quién no recuerda su primer amor?y no, no estoy hablando de tu primer novio/a, estoy hablando de la primera persona a la que amaste, de la primera persona por la que realmente estabas dispuesto a perderlo todo con tal de que se quedara a tu lado para siempre. Ese amor intenso y bonito que nos salva la vida por momentos, ese capaz de curar todos los daños que habíamos ido acumulando a lo largo de la vida. Es tan bonito encontrar a alguien a quien amar, a quien mirar a los ojos y pensar "si te pierdo me muero", ese alguien con el que imaginamos una vida, al que empezamos a introducir en planes de futuro, esos planes que siempre imaginaste que estarías solo, ahora quieres compartirlos con esa persona o incluso adaptarlos para poder estar juntos. Sientes, vives, ríes, y hasta lloras de felicidad cuando lo encuentras, es un mar de cosquilleos que recorren tu cuerpo día tras día, el dormir con esa persona, el sentir su olor, su piel junto a la tuya, el ponerte su ropa e ir cantando por toda la casa con ella puesta, o también, el verle con tu ropa cantando por toda la casa. Es una experiencia maravillosa, en la que desarrollas muchísimos miedos y muchísimos sentimientos que no sabías que existían dentro de ti
Pero, que ocurre cuando ese amor tiene que acabarse, cuando llega el día en el que ese amor se ha apagado, o por un motivo u otro, tiene que terminarse. ¿como continuas con tu vida después de que te ocurra esto? por un momento, te llenas de valor y valentía y comienzas a autoconvencerte de que si se terminó, es porque esa persona realmente no era para ti. Y déjenme decirles, que con apenas 18 años que tengo, soy capaz de negar totalmente esa frase, ya que, puede ser la persona, pero no el momento. Puede que no sea el momento para que ese amor tan grande que sientes por dentro se desarrolle para siempre, vivimos en un mundo donde diversos medios nos ahogan día tras día, desde las redes sociales, hasta el estrés del trabajo, o la presión que nosotros mismos tenemos día tras día, ¿quien no lucha con su cabeza constantemente?, puede que sea tu persona, pero esa persona no esté pasando por el momento de su vida correcto para poder darlo todo de si mismo, o tú. Pero ¿quién dijo que fuera fácil? me rio en la cara de quien me diga que el amor es bonito, me rio en la cara de quien me diga que "si duele no es amor", porque yo, repito, con 18 años que tengo he sentido el amor, he estado enamorada, y se lo que eso conlleva.
Compartí seis meses de mi vida con una persona que con solo mirarla podía deducir lo que le pasaba por la cabeza, una persona con la que descubrí millones de cosas, me descubrí a mi misma y descubrí realmente lo que era querer a alguien, ya que yo no sabía eso, nunca había sentido un amor así, de esos que te quitan el aire, me sentía protegida a su lado, me sentía querida y cuidada, disfrutaba mucho junto a él y en seis meses pude vivir más que en 18 años. Pero como ya comenté antes, puede que esa sea tu persona, pero no sea el momento. Tuve que irme por temas de estudios a otra ciudad, y la distancia no fue nada positivo para ninguno de los dos, todo eran peleas y reproches, a si que a pesar de todo ese amor, la situación termino con nosotros. Dicen que el amor duele pero no mata, y yo creo que duele mucho, pero también nos mata un poco por dentro, ya que algo de nosotros se apaga, ya no volvemos a ser los mismos. Por mi parte, dejé de ser la chica que confiaba en todo el mundo, esa chica que siempre estaba feliz, deje de sentir por las personas, me encerré en mi misma, solo estaba yo y mi familia en mi cabeza, no entraba nadie más, ni yo dejaba que entrara, me volví más fría, más fuerte. Y aunque suene raro, doy gracias, porque, puede que el amor sea muy bonito y nos ayude a descubrir sentimientos que no existen en nosotros, pero, el amor también duele mucho porque el querer a alguien más que a ti mismo y tener que renunciar a esta persona, simplemente hace que no vuelvas a ser la misma nunca más, a si que, doy gracias al amor y al dolor, a las despedidas y a los desamores, doy gracias a todas las lágrimas y noches en vela que pasé, ya que a día de hoy, soy una mujer fuerte, dejé de ser aquella niña que se dejaba manipular y engañar, ahora selecciono muy bien a las personas que entran en mi vida, y dejo marcharse a las que no quieren estar en ella. A si que, recuerden : "puede ser la persona, pero no el momento", y os lo digo yo, que después de siete meses sin ver a esa personita que tanto me revolvió la vida, el destino quiso volver a juntarnos, pero esta vez, más diferentes y cambiados, sabiendo los errores que no debemos volver a cometer, y con más ganas de querernos que nunca.
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