Toledo, al cabo de los siglos de inmemorial existencia, continúa siendo fiel a la descripción que a principios del siglo XX hizo de ella el gran literato alemán Rainer María Rilke, quien la definió como una capital de imperios olvidados.

Pero en realidad, el afamado creador de obras inmortales, como ese manifiesto contra la guerra, que es su novela ‘Sin novedad en el frente’, se quedó un tanto exiguo, pues le faltó añadir también aquello de ‘y de misterios que todavía desafían la razón’, que hubiera servido como colofón a un metafórico ouroboros, donde magia y leyenda forman el principio y el fin, el alfa y la omega, de la más rancia Tradición esotérica.

No es de extrañar, por tanto, que escritores modernos, como Arturo Pérez Reverte, en obras tales como ‘El Club Dumas’ –llevada a las pantallas cinematográficas, con el título de ‘La Novena Puerta’- se sirvieran de sus arcanas librerías de viejo para la localización de libros malditos, escritos, incluso, por la mano del mismísimo Diablo.

De hecho, la famosa librería que aparece en la novela y que sale también en la película, sobrevivió al paso de los siglos, situada enfrente de la catedral, a escasa distancia de donde se localiza un camerín, en cuyo interior está la talla –algunos dicen que una réplica, otros que la original- de una de las más mistéricas Vírgenes Negras de la Península Ibérica: la Virgen del Tiro.

Hoy en día, no obstante y en tiempos recientes, dicha librería cerró sus puertas para reconvertirse en un establecimiento de venta de souvenirs variados, con el consiguiente desaliento para los miles de bibliófilos que ven perdido el sueño de hacerse con alguno de esos ejemplares malditos, pero únicos, como el famoso ‘Necronomicón’ de Abdul Al-Hared, que sirvió de ‘biblia’ a Lovecraft para la consecución de sus fastuosos ‘Mitos de Cthulhu’.

Hasta tal punto llega la monumentalidad y la llamada del misterio en Toledo, que hay asociaciones, eminentemente culturales pero preferentemente turísticas, que alientan el interés de las masas visitantes, ofreciéndoles encantadores circuitos nocturnos por el Toledo mágico.

Pero antes de que surgieran tales asociaciones, Toledo fue también la sede de congresos y simposiums de Ocultismo, donde personalidades relevantes del mundo del misterio, como Miguel Blanco –director del programa de Radio ‘Espacio en blanco’- compartían sus experiencias con el misterio y las denominadas ciencias alternativas o paraciencias, bajo la atenta mirada de expertos en Toledo y su magia, como el profesor Fernando Ruiz de la Puerta, autor, entre otros, de libros como ‘La Cueva de Hércules y el Palacio encantado de Toledo’ o ‘Historia de la Magia en Toledo’, a quien tuve el placer de conocer, en las Navidades de hace una década.

En definitiva, Toledo continúa siendo, al cabo de los siglos, esa melancólica capital de imperios olvidados, como decía Rilke, pero también, ese romántico baluarte de leyendas y misterios, que no ha de dejar nunca indiferente a todo el amante del denominado ‘síndrome de Anubis’: el interés por lo Sobrenatural.

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