La mayoría de los textos líricos, pueden analizarse partiendo de palabras que, a manera de claves significativas, irradian una determinada carga semántica y determinan el mensaje poético. Por ello consideramos una terea fundamental la comprensión, la identificación y la constatación del valor de las mismas. Por tanto, es importante trabajar inicialmente la palabra, porque, aunque no es ningún recurso específicamente literario, resulta algo vivo, y de ello debe tomar conciencia el adolescente antes de seguir adelante. Toda palabra vale desde el punto de vista poético.
Para cada ser ciertos vocablos, sus sonidos, sus formas, conllevan una carga emotiva y semántica que tienen que ver con sus experiencias, vivencias, con su biografía más profunda y que, por ello, emiten ricas y plurales resonancias cuando se oyen, se leen o se escriben. Esta relación del individuo con sus propios usos lingüísticos es equivalente a la identificación de toda una comunidad de hablantes con su lengua, con su historia y evolución de la misma, que, como producto cultural se ha ido plasmando en la literatura, entendida en el sentido más amplio. Dentro del lenguaje, la palabra es una especie de célula, de eslabón constitutivo de la cadena del habla, hasta la que se puede llegar, después de trabajar con textos completos, se puede llegar, para construir otros, motivándose con ella.
También se considera la palabra compuesta como elemento introductorio y sugeridor, dadas las enormes posibilidades que tiene para que los estudiantes cultiven su creatividad inventando otras, respetando, o alterando las reglas de composición. Aunque algunas teorías lingüísticas no consideran riguroso el concepto de palabra, los adolescentes la captan como unidad de significado y así se asumen este caso. Por ello, resulta fácil trabajar ciertas palabras en el vocabulario de cualquier ser humano; ya que sirve para aumentar el léxico, captar nuevas connotaciones, asimilar acepciones menos usuales, etc. Puedo recordarles la evolución de la lengua, la historia de ciertos vocablos del latín, del árabe, cómo esas palabras han procedentes del griego, peregrinado por la cultura europea, cómo se han hecho españolas, por qué las hemos adoptado y de qué manera se han adaptado a nosotros; la influencia que en ciertas épocas tiene una lengua sobre otra (en la actualidad el inglés, por ejemplo) y si ello enriquece o quita identidad...Hay multitud de aspectos o procesos de la lengua que si se explican de manera sencilla y viva interesan al estudiante y motivan actividades posteriores. También se puede poner música para crear el ambiente adecuado y motivar a los alumnos y alumnas, y pedirles que se relajen, que intenten vivenciar su realidad, interior y exterior, compleja y enriquecedora.
(1) Se leen y comentan algunos de los poemas seleccionados, recordando la fuerza significativa de sus palabras claves. Se les indica que anoten cinco palabras que les resulten agradables y cinco que les resulten desagradables; después se realiza un coloquio en el que cada alumno explica lo que esas palabras le sugieren, o lo comentan en pequeños grupos. De estas palabras cada estudiante elige una positiva y otra negativa que utiliza como términos claves para realizar su poema. A continuación hacen su propio texto utilizando el elemento antes caracterizado y, si es posible, el profesor realiza también el suyo.
En este momento, la experiencia indica como preferible la escritura individual, aunque en ocasiones puede realizarse en grupos; pero una vez concluida pueden agruparse en equipos de trabajo, de cinco integrantes como máximo, y entre ellos, comentar las dificultades, opciones, y logros de esta experiencia. Luego, cada grupo selecciona uno de los textos creados, y estos serán los comentados por todos en clase. Por último, se observa cómo han sido tratados los canten y dos propuestos.
Generalmente, cuando se intenta realizar algo, es cuando se constatan las dificultados que encierra y se hace posible valorar con mejor criterio lo que otros crean, por lo que la metodología propuesta se constituye en un medio eficaz para comprender la lírica en profundidad, para desarrollar juicios propios sobre ella, y, por tanto, capacidad crítica acerca del tema que tratamos. Yo propongo otras actividades útiles para tratar este contenido: Elegir las cinco o seis palabras más hermosas, sonoras, significativas para cada uno y explicar por escrito la razón de la elección. Comentar algún poema de Lorca atendiendo sobre todo a su léxico. Definir, como en los diccionarios, palabras inventadas por los alumnos. Buscar palabras patrimoniales o préstamos de otras lenguas y explicar su significado. En este punto, suele ser apasionante para los alumnos las