LLEGÓ LA HORA

LLEGÓ LA HORA


LLEGÓ

La verdad es que mí tampoco, desde hace algún tiempo, me agradan los políticos, y los actuales, menos; son un asunto de antivalores y otras calamidades, pero hoy tengo dos opciones; quedarme en casa o ir a seleccionar al candidato que quiero para que me represente en las próximas elecciones presidenciales.

     Puede que no esté el que yo hubiera querido, puede que los que están no sean santos de ninguna devoción y, sin embargo, iré porque creo en la democracia a pesar de lo maltratada que anda últimamente, porque tengo la esperanza de un cambio para este país que me vio nacer, que vio nacer a mi hija; donde viven los míos, los que acabo de ir visitar; de donde son los que se fueron, los que acabo de saludar por wasap.

     Este es mi país y hoy decido ejercer la libertad de ir a votar porque creo que es lo que debemos hacer; quedarse en casa es admitir la derrota, es seguirle al juego a los que no quieren que esto cambie, a los que sólo usan la democracia como trampolín para llegar al poder.

     Tengo que ir a votar porque estoy consciente de que se deben aprovechar los espacios democráticos; sé que las dictaduras sólo salen a empujones, pero es mi responsabilidad sumarme a la causa de la libertad y para ello debo usar, con conciencia, los medios disponibles que defiendan los valores de la democracia.

     Perdonen que insista en hablar de democracia porque, aunque se ha demostrado que es la forma de gobierno menos truculenta de todas las formas, la prefiero mil veces a una dictadura, a una autocracia y en Venezuela aún nos quedan espacios para defender; no nos dejemos ganar por la apatía porque serán seis o más años de socialismo. Llegó la hora de enviarle un mensaje al gobierno, que sepan cuántos somos y a qué estamos dispuestos por la democracia, por la libertad, por nuestros hijos…


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