La historia de un héroe anónimo frente a un accidente aéreo en Venezuela.


¡Hola mi gente de Steemit! Espero se encuentren muy bien.

Como les prometí, hoy quiero contarles un hecho muy particular e importante de mi vida, ocurrido el 13 de septiembre del 2010.



Foto de un avión comercial ATR 42

Fuente

La aeronave ATR 42 de la empresa Conviasa (empresa del estado venezolano) cubría la ruta desde Porlamar - Venezuela (Aeropuerto Internacional del Caribe “Santiago Mariño”) código IATA: PMV, hasta Puerto Ordaz - Venezuela (Aeropuerto Internacional “Manuel Carlos Piar”) código IATA: PZO.

Siendo aproximadamente las 9:40 a.m, saliendo de una reunión con el presidente de la empresa SIDOR (Siderúrgica del Orinoco) en la que actualmente laboro, la misma se encuentra ubicada en Matanzas - Puerto Ordaz – Edo. Bolívar – Venezuela, cuando me disponía a regresar a mi área de trabajo que quedaba aproximadamente a 1 Kilómetro desde ese lugar, un compañero de trabajo a bordo de una camioneta Toyota Hilux año 1997 doble cabina, me dice que se dirigía al mismo lugar que yo y que primero dejaría a unos compañeros en las adyacencias del almacén 10 de la empresa (Lugar de ocurrencia del evento) que si quería me fuera con él, en lo que de inmediato acepte irme con ellos, luego de dejar a los compañeros, llegando al almacén 10 observamos frente a nosotros un avión ATR 42 – Vuelo 2350 de la empresa Conviasa (aerolínea venezolana) volando a muy baja altura, lo que de inmediato nos sorprende y comentamos que ese avión estaba muy bajo y próximo a caer; posterior a esto observamos que el mismo choca con su ala derecha contra unas líneas eléctricas de alta tensión, muy cerca de donde estábamos donde se desprendieron algunas partes del ala de la aeronave hacia el suelo y la carretera.

En cuestión de segundos escuchamos una gran explosión, en ese momento supimos que había caído el avión al ver el humo muy cercano, fuimos de inmediato a observar desde una parte alta muy cercana al lugar del accidente, vimos la segunda explosión y nos bajamos de la camioneta a observar lo que había pasado, en ese momento mi corazón latió muy pero muy fuerte, la adrenalina que existía en mi cuerpo en ese momento por ver aquello tan increíble e inesperado, era tan grande que no sabía qué hacer, no tengo palabras para describir lo que sentí al ver y escuchar a las personas que se encontraban tendidas en el suelo luego de ser expulsadas del avión de una forma espontánea posterior al choque, las cuales gritaban de una forma desgarradora y terrorífica pidiendo ayuda.





Momento después de sacar a los heridos se puede observar el avión volteado por el impacto, partido a la mitad y con la parte delantera aun incendiada.

En ese momento recuerdo que le dije al compañero que manejaba la camioneta que fuéramos a socorrer a las personas, que nos necesitaban y de inmediato nos subimos a la camioneta y nos aproximamos a la puerta de entrada del almacén 10 (lugar del accidente donde se encontraba la aeronave caída), en ese instante mi compañero me dijo que no quería acompañarme a socorrer a las personas y que se quedaría mirando desde lejos, pero yo de inmediato salí corriendo hasta donde estaba el avión; miré cosas que jamás había visto, que jamás pensé que pudiera ver en mi vida; personas con fracturas abiertas muy feas, quemándose, otros fallecidos (por fracturas, otros quemados) y muchos heridos (quemados y con fracturas).

Hice una respiración muy profunda y recordé todo aquello que había aprendido en los cursos realizados anteriormente para así poder emprender mi rescate a los necesitados en dicho accidente, fui de inmediato a las personas que se encontraban más grave de salud, luego a los medio graves y finalizando con los más leves, le di junto a mis compañeros de trabajo (quienes laboran en el almacén 10 de SIDOR) que se encontraban en el sitio los primeros auxilios, mientras llegaban los equipos de emergencias de la empresa y de toda la ciudad quienes se aproximaron al sitio luego de haber pasado 20 minutos aproximadamente.




Momentos cuando llega el equipo de rescate del Estado Venezolano a realizar la búsqueda de heridos y de cuerpos sin signos vitales.

Luego ingresé a lo que quedaba de parte trasera del avión, con llamas a los lados y con mucho humo dentro del mismo a buscar a sobrevivientes; ya estando adentro me encontré con varios heridos y otros atrapados gritando de forma desgarradora que no podían salir por sus heridas, pidiendo ayuda, otros por encontrarse atrapados con el cinturón de seguridad trabado y también se encontraban unos atrapados por los restos del avión que los dejó en condiciones difíciles para salir del mismo. De inmediato procedí a realizar todo lo posible para sacarlos del lugar, con ayuda de algunos compañeros de trabajo se logro el objetivo que era sacarlos con vida.

Después de sacar a los pasajeros del avión junto a unos compañeros que se encontraban apoyándome me encontré a un niño de aproximadamente 2 años de edad, el mismo se encontraba encima de un barril de acero con heridas graves, tales como: fracturas en varias partes de su cuerpo, hemorragia interna y quemaduras de segundo grado en gran parte de su cuerpo, créanme que esto fue muy impactante para mí, ya que al momento de llegar el bombero para llevárselo a la clínica el niño murió, es lo que más me impactó, de hecho aún lo recuerdo, como si hubiese pasado ayer.



Barriles de acero donde encontré al niño de 2 años




Otra vista de la aeronave luego del siniestro con gran parte de sus partes destruidas.

Creo que Dios me preparó física y mentalmente para estar en ese lugar, justo un mes antes me había preparado en un curso que nos impartieron en la empresa SIDOR, de Bombero Voluntario en el cual aprendí mucho sobre Primeros Auxilios, Emergencias Médicas 1 y 2, actuación ante desastres naturales y no naturales, manejo de materiales peligrosos, prevención y extinción de incendios, atención y traslado de heridos, entre otros. También realice cursos sobre supervivencia y rescate en tierra y en alta mar 3 meses antes del suceso.
Todo esto me ayudó muchísimo para poder atender y actuar de la manera que actué en el lugar de accidente.



Trabajadores voluntarios de Sidor, Bomberos Aeronáuticos y personal del cuerpo de investigaciones trabajando analizando los hechos.



Yo en el curso de Bombero Voluntario – SIDOR año 2010.


En el accidente logramos rescatar con vida a 36 personas y lamentablemente fallecieron unas 15 personas, solo sobrevivió una tripulante de cabina.

El propósito principal de este post es para que se evidencie lo grande y poderoso que es Dios, de cómo me preparó y utilizó como su instrumento para dicho rescate, en dicho accidente pudieron haber muerto todos o la gran mayoría si no estuviéramos en el lugar de forma inmediata, mas no fue así, este es mi gran testimonio de fe y esperanza.

Amigos, tengo muchas cosas que contarles sobre este tema pero hay momentos como este, en que a pesar de que el tiempo lo dice y lo cura todo, nos ayuda a mejorar como persona, pero nunca a olvidar este gran episodio en mi vida, el cual parece sacado de una película de ficción, pero es tan real como nuestro destino, solo le pido a Dios que me ayude a no volver a vivirlo nunca más, ya que espero que nunca más una aeronave se precipite de nuevo con seres humanos dentro de la misma, me siento muy triste porque para mi es como regresar en el tiempo, ver todo lo vivido ese día como si paso ayer, la vida me ofrece una nueva oportunidad, las cosas pasan por que tienen que pasar, el tiempo está allí presente en todo momento.



Uno de los reconocimientos entregados por la presidencia de la empresa SIDOR a mi persona referente al rescate realizado.



Otro de los reconocimientos entregado por la gobernación del Estado Bolívar – Venezuela a mi persona.



Capitán Ramiro Cárdenas.
Lamentablemente fue uno de los fallecidos ese día.
Gracias y que Dios te bendiga siempre en el cielo.

Fuente

Fotografía del verdadero héroe de esta historia, el cual realizó una maniobra única para poder salvar a 35 personas con vida quienes viajaban en el avión piloteado por él, mi más sincero respeto y reconocimiento para este hombre de honor. Honor a quien honor merece. Muy personalmente no me considero un héroe, yo a el si lo considero un verdadero héroe; esta demás decir mil gracias Capitán Ramiro.

Más adelante en la siguiente publicación, les sigo contando el desenlace de esta historia real que viví y marco mi vida, la parte más emocionante de esta historia, la cual ya estoy escribiendo.
Muchas gracias a todos los que se dedicaron un tiempo para leer mi publicación, espero les guste mi historia; en los comentarios pueden dar sus opiniones al respecto.


Nota: Las fotos que no tengan fuente, son de mi propiedad, tomadas con mi teléfono Samsung S3 mini.























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