Desde muy pequeño tengo temores uno de ellos los payasos, cada vez que veía a uno en las fiestas de cumpleaños formaba un llanto estremecedor.

Por desgracia crecí con esos temores, hoy por hoy tengo mi hija y mi esposa y vivo en una casa de campo, elegí el campo por que sentía que estaba mas tranquilo allí, lejos de todos.

Mi hija estudia en la escuela que queda un poco lejos llegando al pueblo, un día por un arduo trabajo se me olvido buscarla a tiempo a la primaria, cuando llegue 30 minutos después ya no estaba, desesperado llamo a mi esposa para preguntarle si ella había pasado por nuestra niña, pero no.

Mi esposa entro en pánico y llamo a las autoridades a lo que ellos respondieron que o podían buscarla hasta cumplido un lapso de 12 horas de perdida.

Me regreso a casa con el corazón destrozado, por un camino de tierra muy solo.

Al pasar por una casa muy antigua y por lo descuidada que esta creo que abandonada creí ver un payaso, este payaso estaba en la parte superior de la casa y me saludaba, al parecer tenia algo en la mano.

Asustado por mi temor a los payasos decido correr, pero sentí una voz decir "Tu hija" susurrándome al oído, con mucho miedo opto por volver y entrar.

El portón estaba medio abierto, solo basto con moverlo un poco, caminando hasta la entrada mis pelos se ponen de punta dejando mi piel como la de una gallina.

El payaso solo me observaba fijamente pero al distinguir bien lo que payaso tenia en la mano quede consternado, lo que parecía tener en la mano era un brazo, un brazo que goteaba sangre, al parecer un brazo de una niña por su magnitud y tamaño.

En el momento pensé en mi hija y en tratar de salvarla así que corrí y subir por todas las escaleras hasta llegar hasta donde estaba el payaso.

Este solo se esfumo y se desapareció de mi vista pero en el sitio donde estaba parado dejo una nota que decía "trata de encontrarla"