Creo que hoy el cielo ha llorado porque te ha visto sufrir y entonces quiso limpiar cada lágrima sólo para verte sonreír nuevamente.
Creo que nuestra vida está es un gran mural de elecciones, de decisiones que tomamos y dejamos de tomar. Recuerdo que alguna vez te dije que si me concedieran un deseo y me garantizan que se cumpliría, te eligiría a ti, una y otra vez, sin pensarlo.
Porque hace ya bastante tiempo me di cuenta de que siempre te he escogido a ti.
Elegí tu sonrisa, tus manos y tus caricias.
Elegí tu olor, tu voz y tus abrazos.
Elegí tu mano por encima de cualquier otra.
Elegí quedarme con cada una de tus virtudes y con cada uno de tus defectos.
Te elegí a ti y lo volvería a hacer mil veces, sin importar que la historia siempre tenga el mismo final.
Te elegí a ti y aún así hay veces en las que me invade la nostalgia del no tenerte. Me invaden los recuerdos y ya no sé si lo que se forma en mi rostro sigue siendo una sonrisa.
Y entonces en medio de la nostalgia del recuerdo me sumerjo en la soledad de este cuarto que está tan lleno de ti.
Llega a mi memoria aquel lugar donde tuvo lugar nuestro primer beso y aquel otro donde tuvo lugar el último.
Entonces cae una lágrima por mi mejilla y me pregunto qué fue de nosotros, qué fue de aquel sentimiento que nos mantenía unidos.