En medio de todo este mundo virtual, estoy tratando de seguir el ritmo al cardumen de peces.
Me dispuse a sacar tiempo para mi nuevo escape de relajación, leía con atención cada información; pero les confieso que cuando estás entre los últimos es difícil retomar el rumbo y agilidad.
Ya el cardumen tiene pautas, reglas, empatía; se han formado lazos virtuales, y a veces me siento como un pececito abandonado.
En medio de una nueva dinámica de estos peces, quise formar parte y me atreví a dar mi punto de vista, pues como les comenté me agrada leer el trabajo de mis acompañantes virtuales.
Creo que fue demasiada mi emoción, que no supe dosificar mis comentarios y quizás pude causar molestia al cardumen.
Ellos están tan sincronizados que ni voltearon a mirar, así lo percibí.
Quizás mi punto de vista fue muy duro, quizás fuera de norma.
Toda esta situación me llevo a la siguiente reflexión: El cardumen no puede esperar.
Esta en mí proponerme nadar más rápido, ser educada, tener una comunicación efectiva y continúa con los peces, porque ellos al igual que yo están nadando y aprendiendo en esta corriente de ideas llamada Steemit.
Disculpen peces necesita drenar para avanzar.