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El bioma de selva nublada alberga especies muy versátiles, sobre todo, por su capacidad de adaptarse a diferentes rangos de temperatura ambiental.

Parece algo inverosímil, que una planta como el lirio o azucena (Lilium spp), adaptada a vivir en condiciones de abundante humedad, suelos ricos en materia orgánica, una cantidad de radiación solar moderada, y temperaturas que oscilan entre los 20 y 26 grados Celsius, en un ecosistema típico del bioma de selva nublada, pueda adaptarse a vivir en ecosistemas y condiciones propios del matorral xerófito venezolano.

La adaptabilidad que presentan estas plantas de la familia botánica Liliaceae, para protegerse de las inclemencias de las heladas invernales, de las zonas de clima templado del mundo son harto conocidas, perdiendo sus hojas y tallos, cuando el termómetro baja de los 10° C, restaurando su cormo, al regresar los niveles de temperatura ambiental superiores al citado rango térmico, reapareciendo triunfantes, al emerger del suelo.

Es un hecho común, que entre jardineros aficionados se intercambien plantas, y es eso lo que ocurrió con mis amigos, de la familia Camacaro, del caserío Peñasco Curarí, ubicado en la parroquia A. F. Alvarado, municipio Iribarren, del Edo Lara, localidad tipificada dentro del bioma de matorral xerófito, ocasión en la cual intercambiamos u lirio o azucena (Género Lilium, Familia Liliaceae), que cultivábamos en el bioma de selva nublada, cambiándolo por una planta suculenta, que ellos estaban cultivando en el bioma de matorral xerófito, y que hasta el momento, solo he podido clasificar en el Género Crassula, de la Familia Crassulaceae.

El lirio o azucena entregado a la familia Camacaro.

La crassulalaceae recibida de la Familia Camacaro.

En los espacios naturales del caserío Peñasco Curarí conseguimos todas las características inherentes al bioma de matorral xerófito, destacando la excesiva insolación directa, durante las doce horas del día, así como la presencia de suelos arcillosos, una limitada humedad, con una temperatura ambiental que ronda los 34° C, y baja hasta los 25° C, durante las horas de la noche, y es en ese ambiente, donde se va a desarrollar la planta de lirio que intercambié, por la crassula de hermosas inflorescencias anaranjadas.

Este lirio o azucena fue plantado hace ocho meses, en un balde plástico, de 20 litros de capacidad, usando como sustrato, tierra negra, traída de la quebrada de Bobare, cuyo cauce seco, está a unos 100 metros de la casa de mis amigos campesinos.

El regadío manual se aplica cada dos días, usando 500 cc de agua potable, de manantial profundo, en horas de la tarde, y la planta está sombreando, bajo un árbol de cují, sin someterla a podas, o cualquier otro tipo de estrés.

Es hermoso e impresionante, el desarrollo que se ha obtenido con este Lirio, de perianto blanco, que contrasta con las hermosas líneas rojizas, de manera espectacular.

Considerando que estas azucenas son plantas bulbosas, cuando cumplan el primer año en el matero, van a ser trasplantadas, directamente al suelo, para analizar su comportamiento ecológico, y de ser prudente, expandir su cultivo, con fines ornamentales.

En cuanto a la planta del Género Crassula, que nos correspondió en el intercambio con la familia Camacaro, pronto estaré reportando acerca de su comportamiento en las nuevas condiciones de vida, que lleva en los ecosistemas del bioma de selva nublada.

Bibliografía sugerida:

Principales cuidados y características de los lirios.
FUENTE

Familia Crassulaceae.
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Ali Riera

Todas las fotografías fueron tomadas con un equipo celular Xiaomi Redmi 6, y son propiedad de @aliriera