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Hablar de primavera en plena línea ecuatorial es una metáfora, que busca representar la belleza que se ha apoderado de los espacios naturales venezolanos y de los jardines hogareños, como respuesta a la bondad del agua que nos regalan las intensas lluvias de este año 2021.
Inflorescencia silvestre de botón de seda (Emilia sonchifolia).
Anochecer lluvioso en Barquisimeto, Edo Lara (7:23p. m.)
Venezuela está ubicada en la zona intertropical del Hemisferio Norte, entre 0º 38’ 53” y 12º 11’ 22” de latitud norte, y 59º 48’ 10” y 73º 25’ 00” de longitud oeste.
Considerando que las líneas imaginarias sobre la esfera terrestres, llamadas paralelos, expresan la latitud, norte o sur, Venezuela comienza en el paralelo cero grados norte y se extiende hasta el paralelo doce grados norte.
Por supuesto, también se extiende desde el meridiano 59 grados, oeste y alcanza el meridiano 73 grados oeste.
Esto nos permite comprender que Venezuela es un país tropical, perteneciente al hemisferio norte, lo que le hace susceptible de los fenómenos que ocurren en la zona de convergencia intertropical, quedando bajo el efecto de los vientos Alisios, y de tormentas y huracanes, que se forman en el mar Caribe.
Por estar ubicado en la zona intertropical, franja que se ubica entre los trópicos de Cáncer y de Capricornio, Venezuela no tienen un clima de cuatro estaciones, como los países de la zona templada, sino que presenta dos estaciones muy bien delimitadas, que son la estación lluviosa, desde el 15 de mayo al 15 de diciembre, y la estación seca, desde el 15 de diciembre hasta el 15 de mayo.
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Por estar ubicada al extremo sur del mar Caribe, Venezuela presenta un clima muy estable y definido durante todo el año, lo que favorece grandemente la agricultura, y también es beneficioso para nuestra fauna y flora, que son consideradas a nivel mundial como mega diversas.
La flora y fauna venezolanas responden más a la altitud en m.s.n.m., que a la latitud, que abarca desde el paralelo cero grados, hasta el paralelo doce grados, permitiendo que contemos con biomas muy definidos, que incluyen el matorral xerófito, en la región noroccidental, pasando por los climas de montaña y páramo andino, en el sur occidente del país, hasta los bosques de galería de los ríos llaneros, selva nublada del pie de monte andino y tropical lluvioso, de casi todo el país, entre otros.
La ubicación geográfica de Venezuela, unida a la altitud, y dependiendo de la estación del año, seca o lluviosa, tipifican un comportamiento de la flora, que la muestran aporreada en verano (estación seca), o muy florida y generosa con sus frutos, durante el invierno (estación lluviosa), que nos hacen pensar que estamos en primavera, cuando ya estamos claros que esa estación climática no se presenta en los países ubicados en el paralelo cero grados.
Simplemente, se pretende expresar la belleza que adorna a las plantas, con sus verdes hojas, coloridas brácteas, llamativas flores y excelentes y nutritivos frutos, como consecuencia de las lluvias, que, en su conjunto, nos definen en el mundo como uno de los países con mayor diversidad vegetal, y por ende, uno de los más importantes, no solo de América, sino del mundo entero.
Las imágenes que han estado observando a medida que leen estos comentarios, constituyen una pequeña muestra de la explosión de vida que ha ocurrido en las zonas rurales de Venezuela, y en algunos jardines citadinos, posterior a la llegada del agua de las lluvias, que de forma generosa, ha bañado la tierra venezolana, permitiendo a las semillas germinar y coronar la tierra fértil, que había sido llevada al límite por las inclemencias de la estación seca, con su escasez de agua para las raíces, y su poca humedad atmosférica, afectando la vida de los habitantes de los ecosistemas naturales.
Los campos del Edo. Lara, al occidente de Venezuela, han mostrado de manera muy didáctica, como influye la altitud, la disposición de agua líquida o en forma de vapor, y el clima, en el desarrollo y comportamiento de diferentes especies de plantas, que he encontrado a mi paso, al recorrer estos bellos y recónditos lugares, llenos de magia y misticismo.
Peñasco curarí, a unos 500 m.s.n.m., zona carente de agua.
Montaña Dintas, en el Parque Nacional Yacambú. Sector Palo Verde, a unos dos mil m.s.n.m.
No podemos olvidar, que al amparo de la flora viven las especies de fauna silvestre que tanto nos maravillan, y que necesitan, sin más opciones, la presencia y prosperidad de los vegetales, que representan para ellos, y para nosotros, el motor que mueve la rueda de la vida.
Disfruten de nuestra flora en todo su esplendor.
Ali Riera
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