Avistamiento de insectos en el caserío Palmira, municipio Andrés Eloy Blanco, del Edo. Lara.

Un saludo cordial a todos los miembros de la prestigiosa comunidad HIVE.

La presencia de insectos en las zonas agrícolas de Venezuela siempre es motivo de preocupación por parte de los agricultores y de los investigadores del área de la entomología, que se deleitan con la biodiversidad existente en los espacios naturales venezolanos.

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En forma específica, la entomología agrícola se dedica al estudio de todos aquellos insectos capaces de relacionarse directamente con los cultivos agrícolas afectándolos de forma positiva o negativa, a través de procesos como la polinización, herbivoría, y las relaciones de mutualismo.

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Pudieran pensar, amables lectores, que la fitopatología juega un rol fundamental, junto a la entomología en el estudio de los insectos, pero estos miembros del filo Artrópodo no son su objeto de estudio.

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En reciente visita al caserío Palmira, ubicado en el municipio Andrés Eloy Blanco, del Edo Lara, tuve la oportunidad de fotografiar un insecto muy colorido, de hermosos tonos verdes, rojos y grises, que, junto a otro similar, estaban posados sobre las ramas y frutos de un árbol de semeruco (Malpighia emarginata), en etapa de cosecha, que coincide con numerosas flores.

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Este avistamiento ocurrió el 10 de julio de 2021, a las 3:19 p. m., en el sitio con coordenadas geográficas 9.740545, -69.671998, con una altitud de 1360 m.s.n.m. y una temperatura de 22 °C.
Transcurrieron unos dos minutos hasta que estos llamativos insectos se perdieron de vista, entre el follaje del árbol de semeruco.

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Al observar el cuerpo del insecto, pude notar que tiene las alas anteriores parcialmente endurecidas (hemiélitros), presentando una zona endurecida hacia la base, que contrasta con la región apical del ala, que es de aspecto membranoso, lo que lo ubica en el grupo heteróptera.

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Los colores eléctricos de este especimen son muy notorios, con la particularidad que se confunden perfectamente con su entorno, conformado por las hojas, ramas, flores y frutos del semeruco, creando una condición de cripsis, para evitar que los devoren los depredadores.

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A nivel taxonómico, este individuo pertenece al Dominio Eucariota, Reino Animal, Filo Arthropoda, Clase Insecta, Orden Hemiptera, grupo Heteroptera, Familia Coreidae, Género sphictyrtus, Especie Sphictyrtus chrysis (Lichtenstein, 1796)

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Quiero expresar mi agradecimiento a los investigadores de la Universidad Central de Venezuela, muy especialmente a los buenos amigos de MIZA-UCV (@MIZAUCV), por su valioso aporte en la ubicación taxonómica de este especimen de Coreidae.

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La presencia de estos dos insectos en el árbol de semeruco, seguramente tiene que ver con la acción de alimentarse, succionando la savia con su estilete, o bien pudieran estar realizando el cortejo nupcial, buscando protección contra las inclemencias del clima, o en período de ovoposición.

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A nivel ecológico, está claro que en esta relación el insecto lleva todas las de ganar, ya que actúa como un herbívoro, depredador de primer orden, que ejerce plenamente la herbivoría (fitófago).

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Observar dos insectos, en un árbol que tiene miles de hojas, flores y frutos no es alarmante, pero existen factores ambientales, como el clima, la reproducción, los insecticidas, el alimento, entre otros, que pueden desencadenar una explosión poblacional, y convertir a una inocente pareja de hemípteras en una plaga agrícola.

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En todo caso, cada ser vivo juega un papel fundamental en la naturaleza, y eso los convierte en elementos fundamentales para la armonía de los ecosistemas.

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Ali Riera

Todas las fotografías son propiedad del autor

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