Y aquí estoy,
Regando el alma,
Salen de mis ojos,
Gotitas de lágrimas,
Que llevan mi dulzura,
Bañada en nostalgia,
De un sueño construido,
Que a veces se desbarata,
De actores en películas,
Que muchas veces se engañan.

{×}

Ella se desmayada,
Sentía que no podía,
Despertó una madrugada,
Llena de melancolía,
La melatonina de acabó,
El sueño perdió ese día,
Quería pedir auxilio,
Pero nadie la oía,
Todos estaban durmiendo,
Mientras ella se moría.

{x}

Su cabello ya bien largo,
Contaba historias,
Tenía energía,
Sus ojos,
Indescriptibles,
Drenaban lo que afligía,
¿Se vale llorar a veces?
¿Dejaré mi alma marchita?

{×}

Unos deditos hicieron,
Que se aliviará su desdicha,
Eran pequeños y cálidos,
Se sentía la energía,
Sus labios dicen ¡Mamá!
¡Deja de llorar un día!
Tú eres inmarcesible,
¡Tú eres mi compañía!

{×}

Miradas muy inefables,
Ves en fotografías,
Rompecabezas que no cuadre,
Debes sacar de tu vida,
¡Ay Universo bendito!
Quita esta melancolía,
Que, con gotas de amargura,
Quiere marchitar mi vida,
Y entre versos de Neruda,
Ahogarme en mucha desdicha,
¿Dónde estás que no te veo?
¡Ayúdame tu mi Frida!

{×}

Decidir y elegirse,
Podría ser fácil un día,
Reconstruir lo que fue,
Aprender con sabiduría,
Cada maestro te muestra,
Que no has sanado,
Que te debilita,
Cada maestro te enseña,
Que hay síntomas,
Que hay líneas,
Cada maestro te deja,
Una interna auditoría.

Nada que perdonar,

Todo enseña,
Todo vibra...

El texto y las imágenes pertenecen a la Autora