Recently a book about curiosity and science came into my hands and I stopped to think about these two concepts.
Philosophically speaking; Without a doubt, both concepts go hand in hand; In fact, it could be said that curiosity is the motivation, the attitude and the desire; whereas, science is the articulated process that allows to shape that desire.
But, Is that motivation, that attitude or desire exclusive to a scientist? The answer is "no", because curiosity is part of all human beings and even some animals.
However; being so, then all of us in some way or another are scientists; or how to call the boy who checks her father's tools, or the girl who wears her mother's clothes and tries to put on makeup imitating the same method used by her mother; And if so, why does the concept of science seem so distant to us? The answer is simple, the fault lies with the scientists themselves, who in their world of numbers, formulas and books, distance the concept of science from everyday life. .
The same scientific society distances the common individual, who, underestimated by science, ends up self-suppressing his own curiosity and with it his possibility of better understanding his world.
Seen from his origin, a child in his early stages is a researcher without method, a being full of curiosity without the slightest hint of scientific rigor; then comes the school stage and instead of planting in it the idea of maintaining and developing his curiosity, he pigeonholes him into inflexible structures that do not allow him to respond to his curiosity; but rather, that he learns to stop searching, separating the innate curiosity, to turn him into a repeater and problem solver, worse still terrifying him with something called "science", which ends up being the "bogeyman", in this way a large part of individuals grow away from the “grim” concept of “science”.
The reality is that, if a child is taught that science is the perfect ally to channel his curiosity and to light the emotional flame of the search for answers, the brain awakens the talent in pursuit of ideas, those ideas that fill and that are searched tirelessly, the one that overcomes fears, overcomes obstacles and knows no limits, making it what Charles Sherrington called the "Sacred Curiosity"
This would undoubtedly convert everyday thinking into scientific thinking, without us even being aware of it, creating true freedom in the individual by allowing him to learn - to learn, we would have a town of scientists and a gigantic university in each town.
Ramon Cesar, 2022
La ciencia y el pueblo
Recientemente llegó a mis manos un libro acerca de la curiosidad y la ciencia y me detuve a pensar en estos dos conceptos.
Filosóficamente hablando; sin duda, ambos conceptos van de la mano; de hecho, se podría decir que la curiosidad es la motivación, la actitud y el deseo; mientras que, la ciencia es el proceso articulado que permite dar forma a ese deseo.
Pero ¿es esa motivación, esa actitud o deseo exclusivo de un científico?, la respuesta es un “no”, porque la curiosidad forma parte de todos los seres humanos e incluso de algunos animales.
Ahora bien; siendo así, entonces todos de alguna forma u otra somos científicos; o como llamar, al niño que revisa la herramientas de su padre, o a la niña que usa la ropa de mama y busca maquillarse imitando el mismo método que utiliza su madre; Y si es así, ¿porque el concepto de ciencia nos parce tan lejano?, la respuesta es simple, la culpa es de los mismos científicos, que en su mundo de números, formulas y libros, alejan el concepto de ciencia fuera del ámbito cotidiano.
La misma sociedad científica aleja al individuo común, que menospreciado por la ciencia termina por auto suprimir su propia curiosidad y con ello su posibilidad de entender de mejor manera su mundo.
Visto desde su origen, un niño en sus primeras etapas es un investigador sin método, un ser lleno de curiosidad sin el menor atisbo del rigor científico; entonces llega la etapa del colegio y vez de sembrar en este la idea de mantener y desarrollar su curiosidad, lo encasilla en estructuras inflexibles que no le permiten dar respuesta a su curiosidad; sino, que aprende a dejar de buscar, separando la curiosidad innata, para convertirlo en un repetidor y solucionador de problemas, peor aun aterrorizándolo con algo llamado “ciencia”, la cual termina por ser el “coco”, de esta forma gran parte de los individuos crecen alejados del concepto “macabro” de “ciencia”.
La realidad es que, si a un niño se le enseña que la ciencia es el aliado perfecto para canalizar su curiosidad y poder encender la llama emocional de la búsqueda de respuestas, el cerebro despierta el talento en pos de las ideas, esas ideas que llenan y que se buscan sin descanso, la que vence los miedos, salva los obstáculos y no conoce límites, convirtiéndola en los que llamó Charles Sherrinton la “Curiosidad Sagrada”
Esto sin duda convertiría el pensar cotidiano en un pensar científico, sin que ni siquiera fuéramos conscientes de ello, creando en el individuo una verdadera libertad al permitirle aprender a aprender, tendríamos un pueblo de científicos y una gigantesca universidad en cada pueblo.
Ramón César, 2022