Voy de prisa por el moll, de pronto observo mi reflejo en las vidrieras, de reojo veo mi paso lento cuerpo algo encorvado, las canas me han inundado, me detengo frente al gran espejo, observo mi reflejo, no me reconozco, ¡dios que me ha pasado! las arrugas del rostro están más marcadas siento que muy pronto han llegado.

Claro, ya comprendo, es que hoy estrené mis lentes nuevos, que no había podido comprar por falta de real.
Siempre confiada en las palabras de mis amigas cuando me dicen
!estas igualita¡

Como son de mentirosas las personas, me dicen que no he cambiado en nada, que estoy igual que años atrás, acabó de reconocer que estoy fatal.

Mis lentes nuevos me lo acaban de reafirmar necesito un cambio, hasta la ropa está envejecida y yo que me sentía tan creída, ja, ja, ja, y con este estilo de antaño.

Desde hoy a cambiar, el cabello cortar y a mis canas un vuelco dar, eso sí sin pintar solo mejorar, mi cutis opaco debo hacer brillar, las cremas masajes un poco de botox puede ayudar.

Este outfit está fatal, nada que ver con mi edad, también lo tengo que abandonar y no lo podre donar.
Todos tienen años viéndome así la que no se detuvo a verse fui yo, inmersa en tantas cosas por hacer, el trabajo la comida tanto por pagar.

En tan solo un mes me he dado cuento de que nada me voy a llevar solo lo que tenga en mí, dentro y fuera de mi ser.

El mundo está paralizado, no puedo cambiarlo, solo puedo cambiar yo, mis relaciones personales, las prioridades, mis sentimientos la forma de actuar.

El soliloquio es el diálogo que el personaje tiene consigo mismo reflexionando acerca de lo que acontece.
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