Me parece escandoloso que aún hoy en día millones de personas crean en alguna religión. Normalmente aducen que no puede demostrarse que Dios no existe, pero es un argumento vago puesto que no puede demostrarse nada que no exista. ¿Cómo demostrar que no existen unicornios?
Obviamente la ciencia sólo puede demostrar cosas que sí existen al hacerlo por medio de la constatación de sus componentes, es decir, tiene que estar formado de algo real que pueda medirse, llámese materia o energía, estos dos elementos (uno dinámico que alterna entre estos dos estados en realidad) conforman cualquier cosa que exista o haya existido sin lugar a dudas, por ejemplo, los dinosaurios.
Lo expresaré de modo estadístico: ¿Cuántos supuestos milagros, reliquias, apariciones o posesiones ha conseguido demostrar sin lugar a dudas la religión en sus 2000 años de historia? Que yo sepa ninguno. ¿Cuantos hechos contradictorios (sobretodo temporales) escritos en libros sagrados, refutación de reliquias (sábana santa de Turín por ejemplo) o mejoras de nuestro conocimiento acerca de nosotros mismos a fin de aumentar nuestra esperanza de vida o hacer viajes interesterales ha conseguido demostrar sin lugar a dudas la ciencia? Miles o centenares de miles por no decir millones. Y eso que la religión ha pretendido impedir, si no directamente prohibir el uso y expansión de la ciencia durante más de un milenio.
Y a eso precisamente quería referirme, desde mi punto de vista las religiones no difieren en nada de lo que conocemos como sectas. Las sectas están prohibidas en casi todos los países desarrollados, y con razón, puesto que son peligrosas, igual que las religiones.
Lo único que le falta al ser humano para tener posibilidades reales de perpetuarse como raza es habitar otro planeta. Tal y como decía Stephen Hawking la humanidad debería plantearse este reto seriamente, puesto que la mayor probabilidad de extinción que le acecha es la caída de un meteorito, motivo por el que se extinguieron los dinosaurios.
Según los astrónomos estamos teniendo mucha suerte, porque la media con que estos objetos caen a la Tierra nos dice que desde que el ser humano existe deberían haber caído siete si la estadística se hubiera cumplido, lo que significa que la evolución nos está regalando nada menos que siete vidas en comparación con cualquier otra vida planetaria que pudiera surgir.
Lógicamente si habitáramos en dos planetas diferentes esta probabilidad se reduciría prácticamente a la nulidad puesto que la probabilidad de que dos asteroides colisionaran simultáneamente en precisamente esos dos planetas es harto reducida.
La suerte no durará eternamente y no puedo evitar pensar que si no fuera por los impedimentos que las religiones han puesto y siguen poniendo al desarrollo de la ciencia tal vez ya lo hubiéramos logrado.