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En la mayoría de los países latinoamericanos y africanos la pobreza es un factor común entre sus respectivas poblaciones, básicamente un efecto de la desigualdad económica, que hace que la brecha entre la minoría más rica y la mayoría más pobre se amplíe con el tiempo. Sin embargo, dentro de la mayoría pobre, el sector más vulnerable en estos países es sin duda la mujer, que es la más afectada.
Si hay algo difícil en esta parte del mundo es conseguir un trabajo, no sólo bien pagado, sino que te permita tener un sueldo con el que comprar comida y pagar los servicios o el alquiler del lugar donde vives, más que eso es imposible. Este tipo de empleos son escasos, y la mayoría de ellos se conceden al sector masculino de la población.
Por otro lado, las mujeres son relegadas a papeles secundarios en lo que se refiere a los trabajos, destinadas a privilegiar siempre la crianza de los hijos por encima de la vida profesional, hasta el punto de cumplir en solitario el papel de padre y madre dentro del núcleo familiar. La mayor parte de los trabajos precarios o mal pagados, aquellos que sólo sirven para ganarse el pan de cada día, son ocupados por mujeres.
Evidentemente existe una brecha salarial entre hombres y mujeres teniendo en cuenta que las mujeres suelen ser las que más esfuerzo realizan si añadimos el cuidado del hogar y de los hijos entre las funciones. Ante esta situación, las mujeres son el sector de la población que más se arriesga a desarrollar un emprendimiento, situación que las acerca a las redes sociales para promocionar sus pequeños negocios a través de imágenes audiovisuales.
Es aquí donde Hive produce un gran cambio social en estos países en vías de desarrollo, ya que permite a este sector de la población acceder al mundo de las monedas electrónicas descentralizadas a través de la monetización de contenidos. De hecho, muchas damas dedicadas a diversos emprendimientos generan recursos extras promocionando sus artículos, realizando tutoriales o escribiendo diversos temas relacionados con su actividad económica, lo que se refleja directamente en su bienestar económico y social.
El número de proyectos, actividades o contenidos dedicados a la promoción del emprendimiento liderados por mujeres en grupos Hive en América Latina y África no tiene precedentes, lo que sin duda repercute en la mejora de su calidad de vida y la de sus hijos desde el punto de vista económico. Es necesario destacar que la situación global derivada de la pandemia del COVID-19 hace necesaria la gestión de negocios desde Internet, un método que, aunque cada vez más utilizado, es todavía difícil de implementar dadas las dificultades de los sectores más vulnerables de la población para tener una conexión a la superautopista de la información.
Pero en estos países las mujeres están acostumbradas a superar cualquier dificultad porque sabemos que parar es sinónimo de perder. Hive se ha convertido en una herramienta para reducir la brecha social provocada por el actual orden económico mundial. Ciertamente aún queda mucho camino por recorrer, pero mientras Hive y sus dApps sigan siendo descentralizadas y permitan el libre desarrollo de contenidos, no sólo las mujeres, sino todos aquellos que se sientan con dificultades económicas, tendrán un espacio donde generar ingresos con su propio esfuerzo.
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