La noche estaba tranquila, pero había un breve frío que llegaba con la brisa, comenzó a sentirse un poco nostálgico, pero recogió sus cosas y fue a su habitación.
Había mucho tiempo libre en aquel lugar, aunque cuando salía a tomar el sol podría saludar a los amigos, ya cuando apenas entraba la noche se sentía solo.
En su mente recordaba muchas veces la risa de sus hijos, pero otras veces se le olvidaba por completo porque ahora no estaba en su hogar.
Esa noche se torna oscura y de repente se desató una tormenta de truenos, el escuchaba a su viejita que le decía que tenía miedo, ella siempre en la tormenta buscaba sus abrazos.
El abuelo Julián rompió a llorar, bajo la tormenta de truenos recordaba que ahora estaba en la casa hogar, porque su viejita se marchó y él solito no quiso estar. Pero bajo aquella tormenta cada oración recordó, su rostro se iluminaba con el recuerdo de su viejita adorada.
La mañana siguiente era domingo de visita, llegó su hija con sus nietos y el aquella historia le contó...
¡Mi viejita me acompaña en las tormentas de trueno! Y luego sonrío.
Su hija lo abrazaba tiernamente, los nietos jugaron un rato a su lado, así terminó ese domingo de visita, y la próxima semana seguro habrá otro momento de reconciliación.
Resulta que después de las tormentas, la calma siempre queda en el corazón.❤
Imágenes propias. Fotografías tomadas con un móvil Blu Vivo One Plus. Cámara f / 2.0 1/100 3.79mm ISO 200. Editadas para los mensajes usando la aplicación de diseños Canva.
